Cualquiera que tenga parquet en su casa sabe lo costoso que puede ser mantenerlo en óptimas condiciones, tanto en términos de tiempo como de dinero y energía. De hecho, este tipo de suelo tiende a deteriorarse muy rápidamente y, si no se trata adecuadamente, corre el riesgo de arruinarse con la misma rapidez. Esto depende esencialmente del material, es decir, de la madera, que a todos los efectos está viva y evoluciona constantemente. De hecho, puede envejecer, cambiar de color, oxidarse, hincharse, encogerse, etc. Además, es especialmente sensible a todo, tanto al calor como al frío, y a la propia humedad.

Por estas razones, el parquet no debe descuidarse nunca y, de hecho, debe limpiarse y tratarse con cierta constancia, para mantenerlo siempre "en forma". Para ello, es importante seguir ciertas reglas y utilizar productos adecuados, que podemos reproducir fácilmente en casa.