Otra larga noche en Kiev. Las alarmas antiaéreas no han dejado de sonar. Los residentes corren en busca del refugio más cercano. Cada vez más bombardeos alcanzan la capital. Atacan sin tregua por aire golpeando puntos en las afueras con misiles. Lo peor es la metralla. Incluso consigue partir coches en dos convirtiendo las calles un escenario desolador. Los rusos no cejan en su empeño de hacerse con la joya de la corona. Las últimas imágenes captadas por satélite muestran un descomunal convoy militar rumbo Kiev. En él van muchos de los militares de la guardia personal del presidente de la República rusa de Chechenia, conocidos por su brutalidad. En su avance hacia la ciudad han conseguido tomar otro importante aeropuerto y han reducido a cenizas las calles de Bucha, una pequeña ciudad al oeste del país, después de un brutal combate. Hasta ahora, Rusia ha fracasado en su intento de tomar la capital. Cada día de resistencia es una pequeña victoria para Ucrania.