Cadáveres por todas partes en Mariúpol. Los bombardeos parecen haber terminado y los rusos se dedican a trasladar a los muertos a las morgues más cercanas. La mayoría son soldados ucranianos. Se les reconoce porque aún conservan el uniforme con el que han luchado por su patria. También hay civiles, incluidos mujeres y niños. Como la madre de esta ucraniana, fallecida durante la guerra. "Mi madre ha sido asesinada. A mi padre le han disparado ¿cómo podría irme?", dice. Mientras pasa el tiempo con lo poco que le queda entre los escombros. Junto a unos niños, planta flores en unas ruedas de coche. Las dejan en las tumbas. Es la única forma de recordar a los que se han marchado.