El tejado de la casa de Svitlana tiene dos grandes boquetes provocados por el impacto de sendos cohetes que se abalanzaron sobre su barrio en Chernígov, una ciudad en ruinas cuyas heridas no cicatrizan y donde los vecinos siguen sin tener acceso al agua, al gas o a la electricidad tras vivir durante un mes bajo la ocupación de las tropas rusas. Pasear por la carretera principal de Chernígov es suficiente para intuir el rastro de devastación que dejaron las tropas rusas a su paso por esta ciudad, en especial en el humilde barrio de Svitlana, Olexandrivka, que fue borrado de la faz de la Tierra a base de cohetes y disparos de artillería.