Un mes antes del crimen Estefanía se decidió a denunciar la última paliza y pidió protección. Según el Ayuntamiento de la localidad, el maltratador se autolesionó y alegó que se había tratado de una riña en el ámbito familiar. Los agentes que valoraban el caso tuvieron en cuenta esa versión y también el hecho de que no hubiera denuncias previas.