Pedro Hermosa tiene 22 años y es uno de los voluntarios más jóvenes de Cruz Roja en Asturias. Empezó a colaborar poco después de cumplir la mayoría de edad. Su objetivo: llenar las horas libres que ocupaba con el deporte hasta que llegó a la Universidad. “Dejé de hacer algunas actividades por falta de disponibilidad pero con el voluntariado puedes hacer acciones puntuales. Al final me gustó y aquí sigo”. Este joven estudiante de Ingeniería Mecánica es uno de los 15 voluntarios que participan en el proyecto “Ola de frío” de Cruz Roja. “En las coberturas deportivas por ejemplo te llevas la parte más bonita del voluntariado pero esto es más crudo. Aquí ves muy de cerca a la gente y vives situaciones muy diversas que a veces son difíciles de llevar”, explica.
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