Un cuarteto de músicos de Oviedo Filarmonía interpretó después un "Divertimento" en si bemol de Mozart y "Asturias, leyenda" de Isaac Albéniz para dar paso a la glosa de la cronista Carmen Ruiz-Tilve, que en ese momento, y debido al citado accidente doméstico, todavía no había llegado al Auditorio. Las palabras de Carlos Llaneza tuvieron, no obstante, que interrumpirse cuando Carmen llegó en medio de su discurso y un gran ovación la recibió.

En el discurso de hija predilecta se habló de Carmen como la "ovetense periférica que bajaba desde los prados Naranco a empaparse del centro de la ciudad", como escribió el periodista José Manuel Vaquero en el prólogo de uno de sus libros. Se recordaron sus famosos "Pliegos de cordel" publicados en LA NUEVA ESPAÑA y su gran amor a Oviedo: "Sus escritos rezuman contagiosa pasión, en su obra está lo mejor de Oviedo, un Oviedo real alejado de tópicos y del tipismo de cartón piedra. Nos enseñó a escribir de Oviedo, nos ayudó a conocer el Oviedo que fue para entender el Oviedo que es". Fernández Llaneza se dirigió a la homenajeada para cerrar su intervención: "Carmen, has sido, eres y serás siempre un patrimonio para esta ciudad".

El Alcalde, Alfredo Canteli, descendió hasta el patio de butacas para entregar a la cronista, visiblemente emocionada, su pergamino. Su hijo trasladó la gratitud de toda la familia y de los servicios de urgencia del HUCA que le ayudaron a estar presente en su homenaje. "Amar es un lugar", dijo citando a Margarit, "todos somos un poco promiscuos en esto, pero mi madre es monógama, tiene claro que el lugar que quiere es Oviedo. Y ese amor es correspondido", concluyó.