La familia Cartón lleva desde los años sesenta siguiendo esta tradición mateína. Virginia Cartón es quien crea, con ayuda de su hijo, estos icónicos hombres de pan: “Aprendí a hacerlos de pequeña con mi madre, aunque al principio me costó mucho cogerle el gusto, porque siempre quería irme a la calle a jugar y terminaba comiéndome la masa”. Estas figuras son protagonistas de muchos mitos, pero para Cartón el origen no es tan importante: “Hay muchas leyendas que hablan de cómo comenzaron a hacerse, vienen desde hace casi cuatrocientos años, así que es difícil saber su procedencia, pero lo importante es lo que representan: una tradición de Oviedo que quiere continuar”.