A Javier García se le corta la voz cuando recuerda el trabajo desarrollado durante la pandemia. Fueron meses duros en los que sólo iba a casa a dormir unas horas, "estábamos haciendo cribados hasta las tres de la mañana", recuerda. Este enfermero que desarrolla su labor en el centro de Salud de Otero fue el coordinador de la medicalización de la residencia de mayores de Grado, una de las más castigadas por la pandemia en Asturias. "Tuvimos que hacerlo todo, la cartelería, los protocolos. En Grado ensayamos lo que se iba a hacer en el resto de las residencias porque era donde se estaba muriendo la gente", recuerda. "Al principio no sabíamos a lo que nos enfrentábamos, desconocíamos el origen de los contagios y llegamos a trabajar con los guantes de la fruta". El HUCA, "el principal campo donde se libró la batalla del covid", ya luce el Premio Princesa de la Concordia en el atrio, un acto en el que hoy estuvo presente Javier. "No estaría mal mandar una fotocopia de este diploma a las residencias de mayores y a los centros de salud porque se trabajó en todos los niveles".
