La residencia de mayores Valentín Palacio de Siero vuelve a la normalidad tras un año duro marcado por la pandemia. Se retoman los paseos por el centro, las visitas escalonadas de los familiares y las risas de los niños del colegio Hermanos Arregui, que se cuelan desde el patio a la hora del recreo. "Fue un año muy duro, hubo que gestionar el miedo de los residentes, los familiares y los trabajadores y poner en marcha un nuevo modelo organizativo para frenar la propagación del virus", explica Beatriz Cueva Riestra. Es la directora más veterana de la red de residencias de mayores del ERA. En en CPR Valentín Palacio hay 102 plazas para residentes y 28 en el centro de día. Las instalaciones se completan con un centro social, gestionado por la asociación de pensionistas El Carmín, que permanece cerrado. "Si hay que hacer una lectura positiva de lo que ha supuesto la pandemia me quedaría con la sectorización de las residencias, es un nuevo modelo de atención que ha llegado para quedarse". Conchi Migoya pasea a su madre, Maruja González Escandón, por las inmediaciones del centro. "Tenía miedo que no me reconociera cuando volviera a verla pero el personal se volcó con los residentes y tuvieron los abrazos que nosotros no podíamos darles", explica. "Lo pasamos mal pero entendemos las restricciones, hicieron lo que tenían que hacer para que no se propagara el virus", explican Dorita y Emilia, dos de las residentes que pasaron el covid el año pasado.