Macrooperación policial en la Cañada Real, el poblado chabolista de Madrid, contra el tráfico de cocaína y heroína. Un centenar de agentes entraban en varias viviendas que se utilizaban como puntos de venta de droga o para su almacenamiento. En algunas, incluso, sorprendía a sus inquilinos intentando quemar los estupefacientes. Hay seis detenidos, todos de una misma familia. Querían sustituir en el negocio a otros dos conocidos clanes de la Cañada: los Kikos y los Gordos. De hecho, pertenecían a la misma familia y aspiraban a dirigir el nuevo negocio en la Cañada. Habían pinchado la luz para producir más cantidad y podían llegar a suministrar hasta 150 dosis diarias de droga. La policía también ha encontrado la documentación donde registraban sus ventas.