Toman muestras de grietas y material caliente y miden su temperatura. Y lo hacen vestidos con equipos de protección especiales; protección química y de temperatura. Porque la lava está a 900 grados cuando está líquida. Y las grietas a más de 100 y los gases saliendo. Los trajes de doble capa, las botas, la máscara y el casco con doble protección les ayudan a soportar esas temperaturas que en el ambiente son de 70 grados. Así se preparan cada día para subir a la zona más peligrosa, por ejemplo a esta colada donde pueden recoger rocas con el tridente. Es la colada de las bocas ahora inactivas pero que se abrieron el viernes y casi les atrapan. Por eso dejan los coches preparados con las puertas abiertas para salir poder escapar en caso de emergencia. Cada día, militares y científicos, se juegan el tipo. Aunque a veces la propia colada el enfriarse protege la lava incandescente en el interior. Y permite que les veamos, en mangas de camisa...