A la lucha diaria por mantener la cotidianidad, se suma ahora la emergencia a contrarreloj. Porque las toneladas de ceniza son un peligro cuando la previsión habla de lluvias para las próximas horas. Por eso se limpian carreteras y calles con toda la maquinaria que hay a mano. Y por eso hay prisa por limpiar terrazas y azoteas. El peso de la ceniza se multiplica cuando está mojada. Habla de este ejército de solidaridad. Chalecos naranjas que marcan a los voluntarios de Protección Civil venidos de toda España. En Los Llanos se llena contenedores, y en las zonas de exclusión este espeso desierto negro lo va cubriendo todo. Y desde el aire vemos mejor el efecto de todo ese peso.