«Al menos nos quedan diez horas por delante». Es lo que pensaron Vicent Marí y Ashi Keo cuando, a las cinco y cuarto de la madrugada del lunes, ella rompió aguas. Pero no. Lian venía con prisas. Tantas, que la familia no pudo llegar al Hospital Can Misses de Ibiza. No pudieron, de hecho, ni llegar al portal. El pequeño llegó al mundo en el trayecto entre el cuarto piso y la planta cero del edificio de Vila en el que viven.