La obra procede de la colección de Álvaro Armada, IX conde de Revillagigedo, que la cede por tres meses al Museo junto con otras tres obras de su colección y de la de su hermana, Carmen Armada. Estas otras obras, que componen con la "Virgen de Guadalupe" una pequeña gran exposición, son sendos retratos de los nobles asturianos Fernando de Valdés Tobar y su esposa, Luisa de Valdés y Miranda, y una vista inédita de Gijón, fechada en 1700. La vista de Gijón tiene, aparte de su valor artístico, un gran valor documental, ya que muestra el cerro de Santa Catalina en ese momento a finales del siglo XVII, con el palacio de los Valdés, la iglesia de San Pedro, la capilla e, incluso, las murallas.
