Luis Tosar, uno de los actores más importantes del panorama escénico nacional, ha cambiado de pantalla. Este gallego de mirada sincera y sonrisa honesta se ha convertido en uno de los personajes más importantes de la historia para la tercera entrega de la saga de Ubisoft «Assassin's Creed»: George Washington. Aquí habla de su primer trabajo como personaje de un videojuego.

-¿A qué clase de loco se le ocurre hacer de George Washington en un videojuego?

-[Risas] Bueno, antes hubo otro loco que lo hizo porque un señor norteamericano le ha puesto voz en EE UU, por lo que la idea viene de mucho más atrás. Yo soy uno de los múltiples locos que le van a poner su voz en las diferentes versiones del juego.

-Pero usted no es muy aficionado a los videojuegos.

-Hombre, yo tenía referencias de Assassin's Creed, muy indirectas en realidad porque yo no soy de juegos, pero sí tenía referencias de amigos que juegan. En lo que sí me había fijado alguna vez era en el tema estético, que me parecía muy peculiar y que tenía una profundidad especial que no había visto antes.

-Interpretar a George Washington no parece fácil.

-Por lo visto era un tipo muy controvertido. Es una persona con muchas contradicciones, y luego hay que tener en cuenta que es George Washington, que luego sería presidente.

-Tengo la sensación de que interpretar a un personaje de videojuego no es lo mismo que a un personaje en el celuloide.

-Es muy distinto. Es un proceso creativo que se desarrolla de forma distinta. No es lo mismo que lo que ocurre en una película donde el guión es una cosa bastante definitiva. Antes de ir a rodar ya sabes a lo que vas. La mecánica de los videojuegos va por otro camino. Las últimas decisiones sobre el proyecto se pueden tomar hasta el último momento, por lo que tienes una idea ligera, pero sabes que es susceptible de sufrir cambios.

-Si le nombro a Marlon Brando, James Caan, Michael Caine, John Cleese, Danny de Vito o Robert Duvall ¿qué le viene a la cabeza?

-[Resopla] De algunos de ellos, genios, y de otros, fuentes de inspiración total. Figuras universales. Me has nombrado a la flor y nata de la interpretación.

-Todos ellos han puesto su voz en diferentes videojuegos.

-¿Sí? ¿Marlon Brando también? Pues me produce mucho orgullo. ¡Es increíble!

-¿Por qué no ocurre lo mismo en España?

-Me da la impresión de que quizá sea algo incipiente para todos. Quizás es que todavía no nos hemos empezado a soltar ni por un lado ni por el otro. De todos modos aquí, en España, el tema de las locuciones o de los doblajes, incluso en animación, siempre ha sido un territorio que históricamente ha estado hecho por buenísimos actores de doblaje. En EE UU, donde el doblaje no existe, el camino más natural tiende a que cuando tienes que hacer un doblaje pues contrates a un actor.

-Otro gran actor, Juan Diego Botto, le precedió en «Assassin's Creed II» poniendo su voz a Leonardo da Vinci. ¿Están ustedes abriendo el camino para los demás?

-A mí me encantaría pensar que sí, sobre todo porque es un terreno muy excitante y muy peculiar para nosotros. Es un trabajo muy diferente al de la pura interpretación. Trabajas sólo con la voz, técnicamente marca muchas diferencias... Es un trabajo muy enriquecedor para un actor.

-¿Juega usted con videojuegos?

-Ahora lo que tengo es una curiosidad tremenda por este videojuego en particular, pero no. Sería raro que yo me aficionara a los videojuegos. Prefiero sentarme a jugar a las cartas, va más con mi naturaleza.

-«Assassin's Creed III» se desarrolla en plena revolución americana contra los ingleses. ¿Se está viviendo en España una revolución a través de internet y de las redes sociales?

-Lo que más me llama la atención de este videojuego es que se trata de una especie de refugio revolucionario que es muy interesante, sobre todo para los tiempos que corren. Siempre me ha parecido que el mundo de los videojuegos, de alguna manera, es una especie de resistencia en la sombra de una sociedad que se está complicando cada vez más, una sociedad que se está volviendo muy dura para el ciudadano, y creo que los videojuegos son una especie de resistencia romántica. Creo que en «Assassin's Creed» especialmente más.

-Pero estamos hablando de un producto de entretenimiento, ¿ o no?

-Sí, pero creo que el planteamiento de la lucha de Assassin's y de Connor, el personaje principal del videojuego, es una cosa que está muy bien agarrada, muy bien traída históricamente y que tiene mucho que ver con cómo se está transformando el mundo en los últimos tiempos, con lo cual ahí hay algo de planteamiento filosófico, poético si quieres, que creo que también es una de las partes que me atraía de todo este asunto.

-Veo que para no gustarle los videojuegos, «Assassin's Creed III» le ha entusiasmado.

-Es que tiene un punto de rebeldía que creo que está muy bien y es que el videojuego se alimenta de la gente que participa en él, y estaría muy bien que eso traspasase la pantalla, por supuesto no a nivel violento porque no hace falta matar a gente para conseguir las cosas, pero hay un concepto de rebeldía que creo que es muy interesante para los tiempos que corren. Y esto está muy bien que se refleje en los juegos, porque casi no se refleja en ningún otro lado. Es curioso que esto solamente ocurra en este ámbito. Y por favor, no me trates de usted.

-En su agenda hay multitud de proyectos, pero llama la atención la película «Little Galicia», que se va a rodar en New Jersey. ¿De qué trata?

-«Little Galicia» es un proyecto que viene de muy atrás y que forma parte de esos sueños que son muy especiales. Todo empieza con Albert Ponte, que es probablemente el realizador con mayor número de cortos en España, ya que ha hecho más de 50. Incluso hay tesis doctorales sobre su trabajo. Es un cortometrajista llevado al extremo, una especie de leyenda viva del cortometraje. Con Albert yo hice un largometraje hace muchos años, en el 93 o 94. Era mi primera película, pero se estrenó de muy mala manera, en un café teatro rodeado de amigos, y nunca tuvo un estreno comercial. Y ahora, muchos años después, vuelve a tener un proyecto de largometraje que parece que podremos hacer el año que viene, en parte gracias al apoyo de Televisión Española, que ha apostado con fuerza por el proyecto, gracias al currículum que él tiene. Es una película que habla de la comunidad gallega que hay en Nueva York, en Nueva Jersey. Casi todo son personas que provienen de la Costa da Morte, casi todo son personas que se dedican al mismo oficio y un poco trata de cómo esta microsociedad ha ido evolucionando a lo largo de los años en Nueva Jersey. Es una película que recomiendo.

-¿Vive en Madrid y va a Galicia cuando puede?

-No. Más bien vivo en Galicia y voy a Madrid cuando tengo algo que hacer.

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