Oviedo,

Marta PÉREZ

El salario social básico no ha fracasado en su objetivo último: la inserción laboral de los beneficiarios. Un 70 por ciento de las personas que dejaron de percibir la renta mínima del Principado el año pasado lo hicieron porque encontraron un empleo. La consejera de Bienestar Social, Noemí Martín, defendió ayer, amparada por las estadísticas, la movilidad de la prestación. La reflexión de la Consejera no pasa desapercibida teniendo en cuenta que la aprobación del salario social básico fue un empeño de Izquierda Unida y que desde el PSOE siempre ha tenido cierto recelo hacia la prestación, al considerar que la mayoría de sus perceptores no se reinserta en el mercado laboral.

«En 2009 dejaron de percibir el salario social en Asturias 1.040 personas, de las que prácticamente un 70 por ciento lo hicieron por encontrar un empleo», explicó ayer Noemí Martín en el transcurso de una rueda de prensa para presentar el balance del salario social durante el año pasado. «Esto pone de manifiesto que el salario social es una prestación con vocación de temporalidad hasta que se encuentra empleo, ya que con 436 euros al mes, para una persona, la mayor parte de los titulares de la prestación sale del sistema al encontrar trabajo», concretó. La Consejera añadió que se ha detectado «una mayor movilidad» en el salario social desde sus primeros años hasta la actualidad. Por ejemplo, mientras que en 2006 por cada persona que dejaba de percibir la prestación social entraban quince nuevos beneficiarios, en 2009 por cada persona que deja de percibir el salario social básico entran dos nuevos perceptores.

El balance de datos del salario social básico en 2009 sitúa al Principado de Asturias como la tercera comunidad -por detrás de Navarra y el País Vasco- con mayor cobertura de protección social. Con un presupuesto de 29,7 millones el año pasado, el salario social garantizó en Asturias ingresos mínimos a 17.400 personas repartidas en 7.902 unidades familiares. El porcentaje de población protegida con respecto a 2008 se incrementó en 3.308 personas, lo que supone una variación interanual del 23,51 por ciento. Según los datos que maneja Bienestar Social, la prestación media fue de 389,65 euros y en seis de cada diez casos ha supuesto un complemento a otros ingresos, un tercio pensiones no contributivas.

«El salario social se ha convertido en la herramienta más eficaz para luchar contra los efectos de la crisis económica en Asturias», explicó ayer la Consejera. «Las consecuencias de la crisis económica empezaron a notarse en 2009», concretó Noemí Martín, que precisó que las solicitudes del salario social básico se incrementaron un 51,7 por ciento en 2009 con respecto al ejercicio anterior, con 3.230 solicitudes más que en 2008. Si los datos se analizan con una perspectiva temporal mayor, desde la aprobación de la prestación social en 2005 hasta hoy el salario social ha conseguido triplicar la población protegida en Asturias. El presupuesto destinado en 2005 al entonces denominado «ingreso mínimo de inserción» era de 15 millones, muy por debajo de los 29,7 millones actuales. Además, en cinco años los ingresos mínimos protegidos se han incrementado en Asturias un 20 por ciento, pasando de 365 euros en 2005 a los 436,41 euros de cuantía ordinaria para una persona, según recoge el salario social previsto para 2010.

El perfil de la persona que solicita el salario social básico en Asturias es el de una mujer sola con hijos a su cargo. Sucede así en el 63,6 por ciento de los casos y en todos los tramos de edad. Les siguen las personas mayores con pensiones no contributivas que compensan sus ingresos con el salario social básico. En cuanto a la edad de las personas que solicitan el salario social básico la media se sitúa en los 48 años, un año menos que la media de 2008. Martín explica este ligero descenso en la media de edad en «el incremento de beneficiarios más jóvenes que han perdido su empleo y a los que el salario social les permite contar con unos ingresos mínimos». Según la consejera de Bienestar Social, «este año el incremento se ha notado especialmente en las edades comprendidas entre los 25 años y los 44 años».

Por último, Noemí Martín se comprometió a que, mientras Izquierda Unida forme parte del Gobierno, «ningún ciudadano asturiano que cumpla los requisitos se quedará fuera de la prestación por falta de presupuesto» y situó la prestación en el rango de «prioridad política».