Oviedo, R. L. MURIAS

La incineradora de Serín, el horno para quemar la basura de los asturianos cuya construcción fue aprobada el pasado 26 de abril en la junta de gobierno del Consorcio de Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), pasará a la historia por dos cosas: por ser la segunda incineradora mayor de España y por ser la primera que sale adelante gracias a un acuerdo entre el PSOE y el PP; entre la izquierda y la derecho o, lo que es lo mismo, entre el Gobierno y la oposición. En el resto de comunidades donde hay una planta de estas características nunca se habían puesto de acuerdo socialistas y populares para dar luz verde a la quema de residuos. El PP asturiano, que en un principio se mostró reacio a apoyar al PSOE en la construcción del horno de Serín, principalmente por el coste de la planta (250 millones de euros), puso sus condiciones: que los ayuntamientos no tuviesen que pagar el horno y que se derivasen parte de los residuos a las cementeras para lograr reducir al máximo la capacidad de la incineradora. El PSOE explicó primero que los ayuntamientos no tendrían que costear la planta. Cada familia asturiana pagará 50 euros más al año por el tratamiento mediante quema de sus residuos, a partir de 2015, para contribuir a la financiación del horno, y Cogersa pagará la nueva planta con fondos propios y con un crédito que solicitará al Banco Europeo de Inversiones para amortizarlo en 30 años. De este modo no se engrosará ni la deuda del Principado ni la de los ayuntamientos. Las dos partes llegaron a un acuerdo y ya se han iniciado los trámites para la construcción del horno, que tendrá una capacidad de 420.000 toneladas, 30.000 menos de la propuesta inicial, ya que se derivarán parte de los residuos a las cementeras, como exigía el PP. El PSOE contó antes con el apoyo del PP, en la oposición, que con la de sus socios de gobierno, IU, que aunque mantiene el pacto sigue sin aceptar la quema de residuos. Es más, la coalición de izquierdas ya ha alertado de que van a utilizar todos los resortes posibles para echar el proyecto abajo. En ninguna de las comunidades autónomas que cuentan con una planta incineradora se había logrado que derecha e izquierda se mostrasen a favor de la quema de basuras. En Asturias sí. Esta vez la famosa pinza de la que tantas veces el PSOE acusó a IU por apoyar propuestas de los populares en contra de la línea marcada por el socio mayoritario del Gobierno (PSOE) ha pillado en medio a la coalición, que no recula en su oposición a la quema de residuos, por cuestiones medioambientales.

De la decena de grandes plantas de residuos de España, la mayoría de ellas fueron impulsadas por gobiernos populares o nacionalistas. En Galicia, el PP de Manuel Fraga construyó la planta de Sogama, la mayor incineradora de España. Ahora Nuñez Feijóo, también del PP, quiere construir otro horno en Orense. En Cantabria fueron los populares los que construyeron el horno de Meruelo, obra con la que el PSOE fue muy crítico, al igual que en Galicia. El Partido Nacionalista Vasco, con el apoyo de otros nacionalistas, Eusko Alkartasuna, fue el impulsor de la incineradora de Zabalgarbi, en Bilbao. En Palma de Mallorca fue también el PP el que dio luz verde a la construcción de la planta de Tersa, aunque ahora la ampliación prevista, que duplicará la capacidad del horno, la impulsará el Gobierno socialista de Antich. En Melilla, en 2002, comenzaron a incinerarse los residuos de la ciudad. Juan José Imbroda estaba por aquel entonces al frente del Gobierno de la ciudad autónoma, bajo las siglas de Unión del Pueblo Melillense, que en 2003 se integró en el PP. En Madrid el PP levantó la planta de Valdemingómez. Y en Cataluña las tres incineradoras que hay en funcionamiento quemando residuos fueron obra de Convergencia i Unió (CIU). Ahora el tripartito catalán que forman el Partido Socialista de Cataluña (PSC), Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) e Iniciativa per Cataluña (ICV), equivalente a la IU de Asturias, ha dado el visto bueno a un nuevo horno. Eso sí, ICV y ERC exigieron un amplio aumento de las tasas de reciclaje. Asturias ha conseguido que por primera vez en España el PSOE y el PP defiendan al unísono la quema de basuras.