Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

Los viajeros de un vuelo de la ruta Asturias-Madrid tienen derecho a una indemnización de 250 euros en el caso de que el avión acumule un retraso superior a las tres horas, como sucedió en algunos servicios del pasado fin de semana. Hasta hace bien poco, de acuerdo con el reglamento europeo, las compañías sólo estaban obligadas a facilitar un bocadillo y un refresco a los pasajeros de vuelos con demoras que no sobrepasaran las cinco horas. Sin embargo, a partir de una reciente resolución judicial, este umbral se ha rebajado, equiparando un retraso de tres horas a una cancelación. A partir de ahí, el régimen indemnizatorio marca 250 euros para cada viajero en servicios nacionales (hasta 1.500 kilómetros de distancia), de 400 euros para trayectos de 1.500 a 3.500 kilómetros, y de 600 euros para los superiores a los 3.500 kilómetros, entre los que se cuentan los viajes transoceánicos.

La ruta entre Asturias y Madrid volvió a sufrir ayer retrasos, al menos en los servicios operados por Iberia, aunque no alcanzaron la gravedad del fin de semana. En concreto, las demoras del día afectaron a tres aviones y estuvieron en torno a la media hora.

Tomando como base la reglamentación europea, Dacio Alonso, portavoz de la Unión de Consumidores (UCE) y presidente de su delegación en Asturias, animó ayer a los pasajeros afectados por los retrasos aéreos a que presenten «reclamaciones inmediatas» ante las compañías. A este respecto, aseguró que su organismo ha tramitado recientemente más de medio centenar de reclamaciones por diversas causas contra aerolíneas y que, hasta el momento, ha ganado todos los pleitos emprendidos. «La gente tiene que hacer valer sus derechos», indicó Dacio Alonso.

El presidente del colectivo asturiano de consumidores sostiene que las incidencias en el espacio aéreo obedecen a la «oposición» de los controladores al real decreto aprobado por el Gobierno para regular la labor de estos profesionales. «Todo hace indicar que nos encontramos ante una huelga de celo que obedece al rechazo corporativo a un real decreto que es perfectamente legal, como ha dejado claro la sentencia de la Audiencia Nacional», subrayó Alonso.

Tras las incidencias de los últimos días, un portavoz de Iberia reconoció ayer las anomalías que se están produciendo en el transporte aéreo, una situación que, según precisó, «no es achacable» a la compañía. Aunque la fuente consultada no quiso precisar las causas de las demoras y cancelaciones, las asociaciones españolas de aerolíneas también apuntan directamente a los controladores a la hora de explicar estas incidencias. Es más, aseguran que Eurocontrol ha advertido de que el enfrentamiento de este colectivo profesional con el Gobierno sigue generando problemas.

Contra lo denunciado por algunos de los viajeros asturianos afectados por cancelaciones de vuelos, el portavoz de Iberia negó tajantemente que la compañía esté suspendiendo servicios con pocos pasajeros con objeto de reagruparlos y aprovechar mejor los aviones.

Por lo que se refiere al desencuentro entre el Gobierno regional y la aerolínea Air Nostrum, la compañía se mantiene firme en su decisión de seguir operando la ruta entre Asturias y Bruselas, y el Principado insiste en reclamar que recupere las frecuencias retiradas.