Oviedo, E. M.

Jesús Iglesias ofreció ayer los votos de Izquierda Unida para «evitar un gobierno de derechas» en Asturias, aunque rehusó pronunciarse por el momento sobre un posible ejecutivo de coalición con el PSOE como el de la pasada legislatura. El candidato a la Presidencia del Principado señaló en un chat con los lectores de la web de LA NUEVA ESPAÑA que su formación se diferencia de los socialistas en el «rechazo al modelo económico y social que ha aprovechado la crisis para enseñar todos sus dientes y morder a la mayoría de la sociedad». También criticó con dureza los retrasos en las infraestructuras, «que acarrearán más paro».

«Los ajustes que el ministro Blanco impuso en el mes de julio y que supusieron la paralización de la mayoría de los tramos de la Autovía del Cantábrico, Oviedo-La Espina y la variante de Pajares enviaron al desempleo a más de 700 trabajadores», indicó Iglesias. Por eso, advirtió de que los nuevos recortes anunciados por el Gabinete de Mariano Rajoy, «con una reducción del cuarenta por ciento en infraestructuras, no sólo significarán más retrasos, sino también más paro en la región, donde ya hay más trabajadores inactivos que activos en la construcción». En la misma línea, criticó el descenso de ayudas procedentes de los Fondos Mineros, por los que se comprometió a luchar.

El coordinador general de Izquierda Unida se mantuvo prudente durante el diálogo con los internautas en relación a los buenos augurios que algunas encuestas, como la del CIS, avanzan para la coalición, con una subida de hasta tres diputados, lo que supondría alcanzar los siete. «De momento, lo único que comprometemos es que, si tenemos votos suficientes, la derecha no gobernará. No se merece una tercera oportunidad, después de haber fracasado en dos ocasiones», razonó. También justificó su rechazo al proyecto de presupuestos presentado por Foro y que fue tumbado por una enmienda a la totalidad presentada por el PP y apoyada por el PSOE, lo que motivó que Francisco Álvarez-Cascos convocase unas nuevas elecciones autonómicas. «Nos abstuvimos en esa votación porque ni estábamos de acuerdo con el proyecto de Foro ni con la enmienda del PP que, curiosamente, salió adelante con los votos del PSOE», explicó.

En clave económica, se mostró partidario de llevar a cabo una reforma fiscal «que incremente el carácter progresivo de los impuestos, que reequilibre las diferencias de peso entre impuestos directos e indirectos, que reduzca el gravamen de las rentas del trabajo y aumente las del capital y que provea a las administraciones de más recursos». Y no tuvo pelos en la lengua a la hora de calificar a la Iglesia católica como «un paraíso fiscal en nuestro país que no se financia con cargo a sus miembros, sino con recursos públicos, además de ser la única organización que no ha sufrido ningún recorte en recursos públicos en esta época de ajustes». En cuanto a los sindicatos, manifestó que «deben financiarse con las cuotas de los afiliados, pero tienen también derecho a recibir compensaciones como agentes sociales por su representatividad y por funciones como las formativas».

Iglesias apoyó además que el asturiano tenga «más espacio» en las emisiones de la Radio Televisión Pública del Principado, la búsqueda de alternativas al trazado de la línea de alta tensión Sama-Velilla, la declaración de parque natural en Aller o la creación en la Junta General de «una oficina antifraude y anticorrupción y de una ley de transparencia del funcionamiento de la Administración». Por último, exigió que el dinero público se destine «a solucionar los problemas de los ciudadanos y no de los bancos».