El Principado inyectará en los próximos cinco años 100 millones de euros para la investigación y la innovación en Asturias y propiciará que las grandes empresas asentadas en la región aporten la misma cantidad. En total, 200 millones para «una estrategia que favorecerá a las pymes y a la Universidad», porque la estraegia que ayer anunció el Gobierno de Javier Fernández propone convenios con las multinacionales bajo la condición de que hagan partícipe de sus proyectos a las pequeñas y medianas empresas, así como a las microempresas. También prevé un programa de financiación para contratos que se extenderán por un año, a los que podrán acceder los jóvenes titulados «para su vinculación profesional y laboral a la actividad innovadora», según trascendió tras la reunión semanal del Gobierno.

«Se trata de una iniciativa ambiciosa en un momento de crisis, cuando lo que se necesitan son respuestas para consolidar la vinculación de las grandes compañías a Asturias como territorio de referencia en materia de innovación y elaboración de nuevos productos y servicios». Con este optimista preámbulo presentó el consejero de Presidencia y Portavoz del Ejecutivo, Guillermo Martínez, el inesperado proyecto que el Principado propondrá a las multinacionales asentadas en la región.

Los futuros convenios se sustentarán en cuatro líneas de actuación: Proyectos de investación específica de cada empresa; innovación con pymes, asumiendo las grandes compañías «la obligación de ejercer un efecto tractor» sobre las anteriores; desarrollo de proyectos en I+D+i en cooperación con la Universidad y los centros teconológicos existentes en Asturias; y la financiación de contratos en prácticas para jóvenes titulados.

Para involucrar a las pequeñas y medianas empresas, la estrategia que ayer anunció Guillermo Martínez tratará de cerrar un convenio con el Club Asturiano de la Innovación. Los objetivos serán identificar las pymes industriales y los procesos que cada una tiene implantados; evaluar sus potenciales tecnologías y prácticas industriales e indentificar qué proyectos puden resultar precisos para una mayor innovación por parte de estas empresas.

El Gobierno Regional avanzó ayer esta estrategia, de la que únicamente aportó las líneas básicas de actuación de boca de Guillermo Martínez y resumidas en una nota. En las grandes compañías asentadas en Asturias y en los colectivos empresariales de la región desconocían ayer estas intenciones del Ejecutivo de Javier Fernández. Tampco en algunos centros dedicados a la innovación empresarial, ni en el colectivo científicos, más pendientes estos de que el plan de ciencia salga por fin adelante.

Un programa que ultima el gobierno del Principado y nace conalgunas sombras. El borrador del proyecto enviado por el Ejecutivo asturiano a diferentes organizaciones sociales, académicas y empresariales ha levantado serias dudas entre los científicos, que estiman «poco realistas» las propuestas incluidas en el documento en pleno período de recortes. Además, fuentes consultadas por este periódico consideran que se vuelca excesivamente en la investigación aplicada y relega a un segundo plano la básica, que ocupa a una parte importante de los especialistas en la región con notables éxitos nacionales e internacionales.

Los investigadores aún desconfían de un plan regional de I+D+i que acumula tres años de retraso y que apuesta sobremanera por la investigación aplicada, a pesar de los tradicionales problemas que han tenido los ámbitos académico y privado para llevar a cabo altos índices de transferencia del conocimiento. En este sentido, los especialistas asturianos han destacado durante décadas por los buenos resultados obtenidos en la primera materia, que ahora podría quedar relegada al priorizar a los centros de innovación sobre la labor académica. Además, varios de los interlocutores del Gobierno lamentan la poca participación que han tenido durante la redacción del documento, que consideran excesivamente monopolizada por la consejería de Economía y Empleo. Ahora, el gabinete de Javier Fernández se enfrenta a la difícil tarea de poner de acuerdo a varios sectores implicados, pero con intereses que no son siempre convergentes. Fuentes del Gobierno regional aseguraron ayer a este periódico que el plan de ciencia estará listo para ver la luz pública, «en los próximos días». Mientras tanto, y por sorpresa, la reunión del Consejo de Gobierno dejaba ayer un anuncio que, de salir adelante, significaría un importante espaldarazo para los proyectos innovadores en Asturias. Se trata de «reforzar la competitividad de la economía asturiana, generar empleo de calidad y aprovechar el talento de las nuevas generaciones salidas de los centros de formación profesional y de la Universidad de Oviedo», explicó Guillermo Martínez.