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La plusvalía municipal, por las nubes en la mayoría de los concejos

"Me piden 3.500 euros por el piso que tenía mi mujer", se queja el viuda Ricardo Esteban

Ricardo Esteban Hernández. LUISMA MURIAS

El precio del suelo urbano ha caído un 60 por ciento desde 2008 (ha pasado de una media de 295,50 euros por metro cuadrado a 117,90), pero todos los ayuntamiento siguen cobrando el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos urbanos, la conocida como viñeta municipal. No sólo eso. La mayoría de los concejos aplica el tipo máximo del 30 por ciento de un impuesto que se paga por toda transmisión de bienes inmuebles "inter vivos" -por venta- y "mortis causa", es decir, por herencia, aunque también es verdad que casi todos aplican bonificaciones en este último caso, lo que no evita que las cantidades que se exigen sean en ocasiones especialmente gravosas. Y también se vienen aplicando exenciones en los casos de dación en pago o ejecuciones hipotecarias, aprobadas por la presión de los grupos contrarios a los desahucios.

Concejos como Oviedo, con una alto valor catastral del suelo urbano y que revisó los precios en 2013, con un acusado incremento, aplican el 30 por ciento, lo que le permite recaudar en torno a nueve millones de euros. El municipio de Gijón es una excepción, ya que a finales de 2013 decidió reducir el tipo impositivo del 30 al 15 por ciento. Sin embargo, el alto valor catastral del suelo y el mayor número de transacciones hacen que recaude bastante más que Oviedo por la plusvalía, unos doce millones. No obstante, los ingresos por este impuesto se han reducido en los últimos años por la reducción de las ventas de inmuebles, recuperados en parte por la actualización catastral que han llevado a cabo en 2013 y 2014 municipios como Oviedo, Avilés, Mieres o Langreo.

Cada ayuntamiento aplica el impuesto como considera oportuno. Así, respecto a las bonificaciones en las transmisiones por herencia, Oviedo perdona el 95 por ciento en aquellos casos en el que el valor catastral del suelo sea inferior a 40.000 euros y la mitad si el precio se mueve entre 40.000 y 60.000 euros. Aquí también hay diferencias respecto a Gijón, que en caso de transmisiones "mortis causa", perdona el 95 por ciento en inmuebles con un precio del suelo inferior a 47.500 euros, un 75 por ciento cuando los valores se mueven entre 47.500 y 66.000 euros y un 50 por ciento cuando el precio el superior a esa cifra.

Municipios como Avilés, Siero, Mieres, Langreo, Castrillón, Carreño, Llanes o Pravia aplican el tipo del 30 por ciento. No obstante, el concejo avilesino tiene establecidas exenciones para las rentas más pobres, aparte de las que aplica en caso de ejecución hipotecaria, como Oviedo, Gijón y otros.

En concejos de alta temperatura catastral, como Ribadesella, se ha optado por un tipo más bajo, del 24,5 por ciento. Gozón y Villaviciosa, también con valores altos, lo tienen establecido en el 28. Lo cierto es que este impuesto se cobra incluso en los concejos rurales, aunque hay excepciones como Degaña.

Los expertos reconocen que seguir cobrando este impuesto en una época de caída del precio del suelo es difícilmente explicable. Pero también es verdad que su ausencia descompensaría las arcas públicas. "No tiene en cuenta las fluctuaciones del mercado. Grava el incremento del valor de los terrenos urbanos cuando éstos han podido bajar de precio en el mercado. De hecho ya hay alguna sentencia que rechaza su cobro, sobre todo en tribunales catalanes. Si se grava el incremento, no se daría el hecho fundamental del hecho imponible", afirma Jesús Sanmartín, presidente del Registro de Economistas de Asesores Fiscales (REAF).

Sanmartín indica que es un impuesto "voluntario", no obligatorio como el IBI, el IAE o la "viñeta", y que cada ayuntamiento tienen potestad para aplicar el tipo que considere oportuno, "pero casi todos se han acercado al 30 por ciento". En el caso de las transacciones "mortis causa", los afectados tienen que pagar además el impuesto de Sucesiones a las arcas del Principado, pero objetivamente, estos tributos "gravan dos hechos distintos", apunta este experto.

Para Sanmartín, "al final, los ayuntamientos han tenido con la plusvalía una figura tributaria muy estable, y que recae sobre las transmisiones de inmuebles". Para el asesor, "quizá debería revisarse, aunque dentro de una reforma integral de la tributación municipal", con el fin de que no se descompensen las cuentas de los ayuntamientos.

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