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Asturias saldrá perdiendo si cambia la financiación de las autonomías, prevén los expertos

Profesores de Hacienda Pública creen que la falta de recursos, la pérdida de población y la ralentización económica serán perjudiciales

El modelo de financiación autonómica va a cambiar y Asturias tiene todas las papeletas para salir perdiendo. O eso es lo que consideran los expertos consultados, quienes aseguran que la nueva negociación va a ser muy compleja, sobre todo, teniendo en cuenta que no hay dinero como antaño para repartir y contentar a todas las comunidades para facilitar el acuerdo.

Javier Suárez Pandiello, catedrático de Hacienda Pública en la Universidad de Oviedo, aseguró que el actual sistema de financiación autonómica "trata bien a Asturias y eso va a ser muy difícil mantenerlo. Habrá que esforzarse, al menos, para minimizar las pérdidas, pero será complejo".

El profesor indicó que hay otras comunidades que, objetivamente, están "muy mal tratadas" con el actual sistema de financiación, como Valencia y Murcia, y que éstas exigirán más dinero, igual que el resto. Se entra ahí en un terreno resbaladizo: el de las competencias territoriales.

"Sanidad y Educación son las dos áreas que más gasto le suponen a las comunidades autónomas. Se está hablando por un lado de cambiar la Constitución e incluso se plantea recentralizar algunos servicios. Pues lo normal sería decidir esto antes. No se trata de exigir más dinero sino de saber para qué y luego atender las necesidades", explicó Suárez Pandiello.

Y en este punto, el catedrático también tiene su propuesta: "buscar un modelo con estándares mínimos. Es decir, servicios comunes para todos los ciudadanos con independencia de dónde vivan. Para eso, la financiación será para todos igual. Y a partir de ahí, el que quiera más, que lo pague".

Por ejemplo, si se decide que la odontología y ortodoncia entre en el régimen general de salud, pues sería para todo el mundo igual, pero si la decisión es contraria, la comunidad autónoma que quiera incluirlo en su sistema, tendría que buscar fórmulas para obtener ingresos con que hacer frente a ese gasto, como una subida fiscal.

En definitiva, Suárez Pandiello advierte que "una región objetivamente bien tratada por el sistema de financiación debe prepararse para, por lo menos, minimizar las pérdidas, porque va a ser difícil mantener el statu quo a menos que se produzca un cambio sustancial y que el Estado se quede con menos dinero y aporte más a las arcas autonómicas, que son las que tienen las competencias con más gasto".

Santiago Álvarez, vicerrector de Planificación Económica y profesor titular de Economía Aplicada (Hacienda pública y sistemas fiscales) en la Universidad de Oviedo, también alertó de que Asturias se verá perjudicada con un cambio en el modelo de financiación autonómica que ahora le beneficia.

Y es que el Principado se enfrenta a la negociación con dos factores fundamentales en contra. El primero de ellos es la pérdida de población, que es la base que utiliza el sistema para establecer el gasto. Y el segundo, la evolución de los ingresos tributarios cedidos y ligados a la evolución de la economía, un área en la que el Principado no cosecha éxitos respecto del resto de España.

El profesor explicó a grosso modo cómo se estableció el sistema de reparto en el actual modelo. En teoría, se garantiza el statu quo, es decir, que nadie va a recibir menos de lo que ya recibe, partiendo de la regla general de financiar por unidad de necesidad, o población ajustada, lo que supone que, en principio, ya se contempla el gasto por habitante. Y a partir de ahí se reparten fondos adicionales para atender las necesidades de gasto, y eso es lo que acaba provocando las disparidades y convirtiendo un sistema inicialmente igualitario en un modelo arbitrario de reparto.

El problema es que en realidad, aunque se utilice la fórmula de población ajustada, que ya contempla el envejecimiento, la dispersión, el número de niños en edad escolar, y otras variables, no deja de ser un indicador sintético en el que unos factores pesan más que otros y que en la práctica no refleja el coste real de la prestación de los servicios. De ahí que se tuviera que optar por añadir fondos adicionales.

"El sistema actual es muy complejo y el reparto de recursos acaba siendo arbitrario. Se perdió una gran oportunidad en 2009 para haber hecho un modelo más igualitario, y aunque muchas comunidades lo rechazaban, no aceptarlo hubiera significado perder los recursos adicionales", explicó Santiago Álvarez.

La futura negociación del nuevo sistema se abordará en un momento de carestía económica y con una supuesta rebaja de impuestos. "Si se pretende eliminar las garantías de mantenimiento del statu quo y no hay recursos adiciones para aproximar la financiación a la necesidad del gasto, va a ser muy difícil llegar a un acuerdo. Sería necesario buscar un modelo de transición porque faltan recursos. Asturias tendrá dificultades, pero hay otras comunidades autónomas que lo van a pasar peor que ella", aseguró Santiago Álvarez.

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