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"Tomasín" cumple cuatro años en la cárcel sin pedir permisos para salir

"Está cómodo, acostumbrado a su rutina", dice el letrado del tinetense que mató a su hermano, que podría disfrutar ya del tercer grado penitenciario

Tomás Rodríguez Villar, conducido al Juzgado en 2011. ARCHIVO

Tomás Rodríguez Villar, más conocido como "Tomasín", cumple este mes de octubre cuatro años de estancia en la prisión de Villabona y podría disfrutar desde hace unos meses de permisos carcelarios, incluso haber solicitado el tercer grado, que le permitiría salir diariamente del centro penitenciario para estudiar o trabajar con la sola obligación de acudir a dormir al Centro de Inserción Social (CIS). Sin embargo, este tinetense, que mató a su hermano Manuel en La Llaneza tras dispararle dos perdigones en la cabeza con una carabina casera y estuvo fugado 57 días en el monte, no tiene la menor intención de solicitar su salida de la cárcel, aunque solo sea por unos días.

Esta negativa constituye todo un misterio para el letrado del tinetense, Manuel García García-Rendueles, quien logró que se impusiese a su defendido una pena realmente baja, seis años de cárcel (cinco por homicidio en defensa propia y uno por tenencia ilícita de armas), tras un juicio en el que "Tomasín" se metió al jurado en el bolsillo con su cuando menos extraña declaración, plagada de incoherencias, y su aspecto de no haber roto nunca un plato.

"Otro preso ya habría solicitado el tercer grado, o al menos algún permiso carcelario. Podría pedirlo y obtenerlo, aunque la decisión siempre correspondería a la Junta de Tratamiento, que tendría que valorar su comportamiento en prisión, que hasta donde yo conozco es intachable, o las probabilidades de que reincida, que en mi opinión son nulas... Yo se lo tengo dicho, cuando acudo a verle a la cárcel: si cambias de opinión, llámame, pero no muestra la más mínima intención de hacerlo", indica el abogado. Quizá cuente con otros "asesores" en el interior de la cárcel.

El hecho de que desarrolle un trabajo -es uno de los presos que cuida el huerto que se sitúa en uno de los patios de la cárcel- y no haya protagonizado incidentes en la enfermería, donde está ingresado desde que entró en prisión el 31 de octubre de 2011, podrían ser circunstancias favorables a la concesión de permisos o una modificación del régimen carcelario que se le aplica. "Tiene todas las papeletas para que le concedan lo que pida", cree García-Rendueles.

Sin embargo, "Tomasín" no quiere romper con su situación actual, en la que parece haber encontrado una tranquilidad y una seguridad que le faltaron durante años. "Está a lo que digan las Instituciones Penitenciarias. Si quieren reclasificarlo, bien; si no, tampoco pasa nada. Él se siente cómodo en prisión, está acostumbrado a sus rutinas, y desea que no se las cambien. Pero yo creo que disfrutar de esos beneficios penitenciarios, salir a la calle, le ayudaría a ir adaptándose a la nueva vida que tendrá en el exterior una vez que cumpla su condena", estima el letrado.

¿Miedo al exterior? Al abogado no extrañaría que hubiese algo de eso. En la cárcel, "Tomasín" ha encontrado unas pautas que le eran ajenas en los últimos años de su vida, en los que vivió en una cuadra para el ganado a poca distancia de la casa familiar en la que residían sus padres y su hermano, con el que las relaciones eran muy difíciles. Ha encontrado un entorno seguro, muy alejado de su vida en el monte. Los funcionarios de Villabona no lo ven extraño en absoluto. Siempre ha habido presos que terminaban considerando la cárcel como el hogar que siempre les faltó.

Y, por otro lado, no tiene a nadie en el exterior, puesto que toda su familia directa ha fallecido, y solo le queda una prima. "Tomasín" no tendría por qué tener problemas económicos, dado que, tras el fallecimiento de su padre, ha heredado la finca y las tierras que tenía su familia en La Llaneza, y no debe olvidarse el dinero que tenía guardado en una caja en su cuadra, 35.000 euros, más los 2.000 que llevaba en el bolsillo cuando fue detenido el 29 de octubre de 2011, producto de la venta de unas vacas -nunca se sabrá si fue éste el motivo de la trifulca con su hermano- y que en puridad le pertenecen.

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