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Los biólogos tachan de "despilfarro" el plan del urogallo: 10 millones malgastados

Los conservacionistas dan por perdidos diez años en la protección de la especie con el proyecto de recuperación actual, que ven poco científico

Los biólogos tachan de "despilfarro" el plan del urogallo: 10 millones malgastados

Diez años tirados a la basura. El plan para la recuperación y conservación del urogallo cantábrico es, a juicio de los expertos asturianos, un "despilfarro", que en números se traduce en diez millones de euros. Por ello y por no apoyarse en ninguna evidencia científica, los biólogos exigen al Gobierno del Principado que revise la gestión de la especie, en peligro de extinción.

Los ecologistas niegan la efectividad del proyecto de cría en cautividad, que desarrolla desde el 2005 en todo el norte de España el programa "Life +", coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. "Si lo que queremos es tener pájaros en jaulas sí, pero si hablamos de conservación, entonces no sirve para nada. De hecho, en otros países ya se ha descartado, porque se están retirando aves del medio salvaje sin saber por qué están muriendo", explica Mario Quevedo, biólogo de la Universidad de Oviedo. Y no será por falta de estudios. "Cada vez se hacen más informes, el problema es que nadie nos consulta", se queja Quevedo.

La última investigación realizada en este campo revela que la caza de machos es la causa más probable del descenso de ejemplares. Uno de sus autores, el biólogo gijonés y profesor en la Universidad de Exeter (Reino Unido), Rolando Rodríguez, indica que es posible que la especie tenga un problema de endogamia. "Si se confirma, habría que valorar la posibilidad de importar individuos de otras poblaciones genéticamente compatibles, como la pirenaica", precisa.

Sin embargo, Asturias no tiene en cuenta este estudio ni ningún otro. La región sigue adelante con su "experimento", como lo califica el presidente de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo. "El proyecto de cría en cautividad no tiene ni pies ni cabeza; están extrayendo pollos del exterior para acabar luego cargándoselos a todos", critica.

Ese programa fue aprobado por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza en octubre de 2005 y refrendado por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente en noviembre de 2005. Para llevarlo a cabo se creó el primer nido artificial para la cría de urogallo cantábrico, construido por el Principado de Asturias en 2007 en el concejo de Sobrescobio, dentro del parque natural de Redes. Su puesta en funcionamiento con ejemplares tuvo lugar en julio de 2009. El objetivo era formar una población cautiva que actuase como reserva genética ante el peligro de extinción y que recogiese la mayor variabilidad de genes posible. Sin embargo, los científicos dan al traste con esta teoría, ya que insisten que antes de actuar, hay que conocer las razonas por las que el urogallo sigue desapareciendo, sobre todo en la zona central y oriental de la región. Rolando Rodríguez sostiene que la cría en cautividad es inviable por una razón: los individuos deben tener poco grado de parentesco, ya que la consanguinidad reduce la producción de pollos, y ello obligaría a aportar entre tres y cinco nuevos urogallos capturados en el campo cada año. "Con la población que tenemos en Asturias (se estima que entre 300 y 500), eso es muy difícil", asegura.

Los expertos también creen que el proyecto "Life +" está dando palos de ciego con su otra línea de acción: el manejo del hábitat. Según los responsables del programa, hasta la fecha se ha conseguido mejorar 65 hectáreas del hábitat del urogallo. Rolando Rodríguez cuestiona esta cifra, pues a su parecer se desconocen las consecuencias que los desbroces pueden tener para la especie. Incluso, algunos estudios aseguran que con esta medida el ave es más sensible ante los depredadores.

Con todo, el presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), Roberto Hartasánchez, opina que en estos diez años de gestión del urogallo "no se ha hecho absolutamente nada". "Acabamos de venir de Francia y allí sí que se está trabajando en la conservación del ave. En Asturias en cambio, nos hemos limitado a testimoniar el número de ejemplares que mueren cada año. Estamos vendiendo un paraíso natural que ya no existe. Nos lo estamos cargando todo", denuncia. Aunque Hartasánchez ve "difícil solución" al problema, cree que el primer paso sería "ver lo que se está haciendo en otros países". Y lo que se está haciendo es estudiar las causas del declive, justamente lo que reclaman los científicos asturianos.

En este sentido, el biólogo Mario Quevedo pide al Principado que pare el tren y convoque una reunión con especialistas en ecología. "Ya no digo que nos llamen a nosotros, que somos críticos con el plan, sino a otros, que puedan venir con la pizarra en blanco y dar su opinión", matiza Quevedo. El objetivo de los científicos es dejar de perder el tiempo y ponerse manos a la obra para salvar al urogallo. De lo contrario, "la especie puede desaparecer, pues el declive ya es muy marcado", concluye Quevedo.

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