La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El consumo de alcohol no remite y desata la preocupación sanitaria en Asturias

La combinación de bebida y cocaína, un cóctel en auge l Los jóvenes consideran el cannabis menos perjudicial para su salud que el tabaco

El consumo de alcohol no remite y desata la preocupación sanitaria en Asturias

Los programas preventivos del Servicio de Salud del Principado sobre las patologías de mayor incidencia en la población incorporaron hace ya tiempo el alcoholismo como uno de los patrones a atender con prioridad junto con el cáncer de colon, enfermedad pulmonar, depresión y diabetes. "Se ha centrado mucho la forma de intervenir desde el sistema sanitario", opina el psiquiatra y director del área de gestión clínica de Salud Mental en Avilés, Juan José Jambrina, sobre el abordaje de esta adicción. En estos principios se trabaja desde los centros de atención ambulatoria a las toxicomanías del Principado, donde se trató a lo largo del año pasado a 958 personas, 844 de ellas insertadas en el programa de Proyecto Hombre, 35 en el programa del Centro de Amigos contra la Droga de Avilés y 67 en el programa ambulatorio de la asociación Atropos.

Varón, alcohólico y cocainómano. Este es el perfil del drogodependiente en Asturias. Ambas sustancias son las que concentran mayoría de los tratamientos de desintoxicación en los servicios especializados de Salud Mental. Pero es el alcohol, una droga socialmente adaptada e integrada en nuestra sociedad, el principal caballo de batalla en la lucha contra las adicciones en el Principado en este momento. En el último ejercicio fue la que más tratamientos ocasionó, un 35% del total, y suma tantos casos como el resto de sustancias juntas. Además, lejos de reducirse con respecto a ejercicios anteriores, los patrones de consumo se sitúan incluso por encima de los datos estatales, y como explican los responsables del plan regional de drogas, esta sustancia ofrece, al mismo tiempo, una acusada resistencia a la reducción del consumo. El psiquiatra y director del área de gestión clínica de Salud Mental en Avilés, Juan José Jambrina, reconoce que aunque la situación "no es alarmante, preocupa" porque se presenta como un "problema que afecta a mucha gente que ha perdido el control del consumo".

Así, en 2014 se llegó a 1.437 personas atendidas en Asturias por las entidades que prestan servicios tanto en programas o recursos en régimen residencial como ambulatorio para la desintoxicación y deshabituación e inserción social; de ellos, 1.128 fueron hombres y 309 mujeres. Por droga que provoca el ingreso, el alcohol fue el causante de la mayoría de esos tratamientos, 493 en total, con una representación mayoritaria de varones, 341 frente a 152 mujeres atendidas. La segunda sustancia es la cocaína, con 293 casos y una distribución por sexos muy similar a la del alcohol: 250 hombres y 43 mujeres. Los opiáceos, con 177 casos y el cannabis con 102 ocupan los otros dos grupos de adicciones con mayor prevalencia en la región. En la memoria del plan regional de drogas se detalla que junto al problema del alcohol, el cannabis se sitúa como la droga de comercio ilegal más consumida en el último año en Asturias (sobretodo jóvenes), por encima incluso de los hipnosedantes somníferos y con percepciones de riesgo inferiores a la del tabaco, cuyo consumo sí presenta descensos. Jambrina explica que resulta difícil el abordaje en el caso del alcohol pues "Asturias y todo el norte de España siempre presentaron patrones de consumo altos". Además, el psiquiatra del área avilesina explica que los avances en la detección precoz de este tipo de adicciones hacen que salgan a la luz más casos. "El alcohol se ha incluido en los programas de prevención de patologías de alta incidencia", indica Jambrina, al tiempo que incide en que se trata de "una sustancia tan imbricada en la sociedad y más, en Asturias" que se considera más un hábito social que otra cosa. "Se está intentando por todos los medios realizar diagnósticos precoces", zanja Jambrina.

Los casos de personas tratadas por consumo simultáneo de cocaína y alcohol llegaron el año pasado a 168, con una mayoría de hombres; 142 frente a 26 mujeres y las atendidas por el consumo conjunto de heroína y cocaína fueron 102 personas, con una distribución mayoritaria también de hombres, 54 más que las 24 mujeres a tratamiento. En cualquier caso la droga que más ingresos a tratamiento ocasiona, independientemente de la fuente y el tipo de recurso de apoyo (residencial o ambulatorio) es el alcohol, razonan los responsables del plan de drogas. Una idea que se refuerza a través de la Encuesta Domiciliaria de Alcohol y Otras Drogas donde se detalla que los indicadores más relevantes de consumo de drogas sitúan al alcohol como la sustancia de mayor prevalencia, aspecto que se refleja su posición de droga culturalmente aceptada e instalada en los hábitos de consumo de la población juvenil "y con una acusada resistencia a la disminución de su consumo".

Compartir el artículo

stats