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La juez de vigilancia investiga denuncias de presos de la UTE por vulnerar sus derechos

Fuentes de la unidad indican que las pesquisas se deben al deterioro en que han caído los módulos libres de drogas

Entrada a una de las unidades terapéuticas de la prisión. MIKI LÓPEZ

Inspectores de Instituciones Penitenciarias abrieron esta semana una información reservada en las unidades terapéuticas y educativas (UTE's) de la prisión de Villabona a instancias de la juez de vigilancia penitenciaria, que ha incoado un expediente gubernativo tras recibir denuncias de internos de esos módulos por supuesta vulneración de derechos. En su solicitud de informe a la prisión, la juez indica que "internos de las UTE's han manifestado que no se está dando cumplimiento a la instrucción 9/2014 que regula el funcionamiento de la UTE, y que los profesionales de los equipos técnicos les indican que no soliciten permisos a la Junta de Tratamiento, ni envíen recursos ni peticiones de audiencia al Juzgado de vigilancia penitenciaria, refiriendo algunos que tras haber presentado su letrado escrito de recurso (ante ese órgano judicial) le han asignado tareas a modo de castigo".

Fuentes de la UTE califican este expediente como un nuevo episodio en el deterioro que se está instalando en al menos dos de las unidades de tratamiento de la prisión, aquellas que han dejado de estar supervisadas por el equipo fundador del modelo. Las mismas fuentes sostienen que en estas unidades se están incumpliendo, por parte de la dirección, diversos aspectos de la instrucción que regula las UTE's.

Por un lado, se hace caso omiso de una de las funciones del equipo multidisciplinar de la UTE, que es estudiar tanto los ingresos como las expulsiones de las unidades. Este procedimiento, indican, se está saltando sistemáticamente. En la mayoría de los ingresos no se cuenta con el equipo técnico, y en cuanto a las expulsiones, se dilatan en el tiempo, o se mandan a otra UTE.

Tampoco se cumple, al menos en las ya citadas unidades, el precepto de que tanto el ingreso como el abandono del tratamiento debe ser voluntario. A los presos no se les deja salir de la unidad, y en muchos casos llegan a utilizar la fuerza, negándose a entrar en la celda, o provocando otros incidentes, con el fin de ser enviados fuera de la UTE, previo aislamiento disciplinario, según las mismas fuentes.

El equipo multidisciplinar está siendo desautorizado ante los internos, al negarles cualquier capacidad en la decisión de expulsión de algún interno que rompa las estrictas reglas de la unidad de tratamiento. Todo esto motiva que haya un número importante de presos que están en las UTE's contra su voluntad, lo que deteriora la convivencia y perjudica el tratamiento de los presos que quieren avanzar en su rehabilitación. El menoscabo llega al punto de que se sospecha que en alguna UTE corre la droga, algo impensable hace años.

Fuentes de la UTE señalan que este tipo de situaciones no se daban con el anterior modelo. Uno de los cambios determinantes es la eliminación del "contrato terapéutico", por el que los presos de la UTE se comprometían a eliminar sus contactos familiares o con el exterior y aceptar las decisiones del equipo en cuando a permisos, salidas terapéuticas y derivación a centros terapéuticos. Este contrato, plenamente aceptado por el Juzgado de vigilancia penitenciaria, e incluso por el Defensor del Pueblo, fue sustituido, en la instrucción 9/2014, por el llamado "compromiso terapéutico", que no limita en absoluto la petición de permisos y otros beneficios, ni tampoco las comunicaciones externas. Todo ello conduce, aseguran, al deterioro de las unidades.

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