La ministra de Fomento, Ana Pastor, reiteró ayer en Gijón que hay dinero suficiente para acabar este año la obra de la variante de Pajares y que si no se concluye será por "problemas técnicos". Sin embargo, expertos de dilatado prestigio en obra pública que conocen a la perfección la marcha de la actuación aseguran que el nuevo acceso ferroviario a la región no estará en disposición de entrar en funcionamiento, al menos, hasta finales de 2016. Tal y como avanzó LA NUEVA ESPAÑA en noviembre de 2014, el motivo principal de este retraso sobre las estimaciones políticas reside en la dificultad de contener la ladera inestable de las inmediaciones de la localidad lenense de Campomanes, que recibe el esclarecedor topónimo de L'Argayón y que ya obligó a desviar el arranque asturiano de la autopista de peaje del Huerna con un gran viaducto.
Las fuentes consultadas en la obra confirman que las labores para afianzar ese terreno se extenderán durante seis o siete meses, y que, a partir de ahí, "habrá que proceder a rebajar la cota de la montaña antes de proceder a la instalación de vías, catenarias y demás sistemas de seguridad".
Estos mismos técnicos aseguran que también queda "mucho trabajo" en el interior de los túneles, donde todavía no se han acabado las labores de revestimiento para evitar unas filtraciones de agua a los tubos que, eso sí, pueden darse por controladas. La instalación de vías y catenarias todavía no ha concluido y también permanecen sin instalar los sistemas de seguridad.
Seguridad
"Hasta falta por recrear un incendio en el túnel para conocer al detalle por donde sale el humo y adaptar esos datos a los sistemas de seguridad", apunta uno de los técnicos que en agosto pasado ya aseguró a LA NUEVA ESPAÑA que era imposible que la Variante entrara en servicio en este 2015. Poco después, en una entrevista concedida a este diario, la consejera de Infraestructuras del Principado, Belén Fernández, desvelaba que los técnicos de su departamento descartan que la inauguración se produzca antes del verano de 2016.
Los técnicos de la Variante consideran que la marcha de los trabajos en Pajares es la normal. "Estaba claro que tras haber perforado los túneles en 2007 nos quedaba por delante una década de actuaciones para ponerlos en marcha, como sucede en todos los pasos subterráneos de esta entidad, pero las declaraciones y las prisas de los políticos por la inauguración han falseado el debate", subraya una de las fuentes consultadas. "Estamos hablando de un túnel de 25 kilómetros que discurre a 800 metros de profundidad en un 70% por ciento del recorrido, lo que genera una presión de 200 kilos por centímetro cuadrado, cuando la de la rueda de un vehículo es de dos kilos", añade un técnico que ha participado en la mayor parte de las grandes obras ejecutadas en Asturias en los últimos años y que subraya que la construcción y apertura del túnel del Negrón en el Huerna, que entró en servicio con solo un tubo operativo, "no tiene nada que ver" con la Variante. "El de la autopista mide poco más de cuatro kilómetros, va a una profundidad de 300 metros y en aquel entonces no se había producido todavía el trágico accidente del Mont Blanc. Si fuese hoy, no se permitiría que abriese con un solo túnel", apunta este experto.
Otro problema añadido, a juicio de estos especialistas, es que, "será muy difícil que algún ingeniero firme la obra para abrir con un solo tubo mientras el otro está en obras: "¿Qué pasaría si tiene que pasar una ambulancia y se encuentra con andamios o con una grua en el túnel auxiliar?".
