Era oficialmente la "despedida de la bandera", pero Juan Bautista Martínez-Raposo dijo adiós en realidad a todo el "pueblo trabajador y reivindicativo" que le acogió hace diez años "con los brazos abiertos". En una emotiva ceremonia en el patio del acuartelamiento de Rubín, en Oviedo, con abundancia de autoridades civiles y militares, el coronel jefe de la Guardia Civil de Asturias oficializó su pase a la reserva activa tras 41 años de servicio y después de proclamar que "he sido feliz en mi trabajo", que "me voy con la satisfacción del deber cumplido". Deja el mando en manos de Francisco Javier Puerta Muñoz, teniente coronel jefe de la Comandancia de Gijón, que se hará cargo de la jefatura interinamente hasta el nombramiento de un sustituto definitivo, previsiblemente a comienzos del próximo año.

Ayer, después de besar la bandera de España y pasar revista a su unidad y a sus 41 años de destinos diversos por todo el país, tras emocionarse al agradecer el apoyo de su familia, Martínez-Raposo se dirigió a sus subordinados con la convicción de que "es fácil mandar cuando se cuenta con profesionales serios y preparados". "No os podéis dormir", añadió, dejando como última orden la exigencia de "trabajar codo con codo con la policía y la seguridad privada, con los que nos ayudan a conseguir que los niveles de seguridad hayan llegado a ser óptimos en Asturias".

La alocución del coronel, segunda generación de guardias civiles, nativo de Sabiñánigo (Huesca), recorrió la extensa geografía de su formación y destinos, de La Rioja a Valencia, o de Úbeda a Gijón, sin dejar por el camino la comandancia de Navarra en la época dura del terrorismo etarra ni los últimos doce años en Asturias, siete al frente de la comandancia de Gijón y tres como responsable máximo del Instituto Armado en el Principado. "Seguid con vuestro trabajo callado, serio y sacrificado", exhortó Martínez-Raposo a sus subordinados. "Vocación, tradición y modernidad son nuestros referentes".

Su compañía era una nutrida tribuna de autoridades, entre las civiles el presidente de la Junta General del Principado, Pedro Sanjurjo; el alcalde de Oviedo, Wenceslao López; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Ignacio Vidau, y una amplia cohorte de diputados, senadores, familiares y amigos.

Del homenajeado subrayó el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, "su calidad profesional y humana, su honor y lealtad al servicio" y su contribución "a que el Principado sea, junto a Extremadura, la región con mejores índices de seguridad de España". La región es segura, destacó De Lorenzo, incluso en momentos de zozobra mundial por los graves atentados del pasado viernes en París. "Difícilmente puede contemplarse con absoluta seguridad que no va a suceder nada", aseguró, tratándose de un tipo excepcionalmente peligroso de terrorismo, "pero de momento estamos tranquilos. Hoy por hoy, yo transmitiría un mensaje de serenidad a los asturianos".