Un año ha transcurrido y el recuerdo inolvidable de las niñas Amets y Sara, asesinadas por su padre en la localidad de San Juan de la Arena (Soto del Barco), sigue ocupando los corazones de tus familiares y amigos. No cabe duda de que uno de los motores de la vida es "la palabra", en especial cuando existe coherencia con lo expresado por quien la utiliza. Muchos oradores, embriagados por el fotogénico momento, se han olvidado de lo dicho, pero nosotros, tus amigos, queremos que sientas que seguimos a tu lado con todo nuestro sentimiento, que hoy, día tan señalado, compartimos contigo, Bárbara.

Siempre estaréis / aquí? / en mi memoria / esperando que se abra / el libro del recuerdo, / cuando llegue, / llamando a mi puerta / la guadaña? / vacía de esperanza / y llena de lamentos.

No volveré a ver / los campos asturianos / con su fruto, preñados / de efímera alegría, / y tan sólo? / esperaré la hoz / que, en cruel siega, / acabe con su vida y con la mía.

No podré sentir el olor? / del salitre y de las rosas, / en los amaneceres / del cálido verano / porque? / para entonces, / sin apenas darnos cuenta, / la vida? / se nos habrá ido de las manos, / dejando heridas laceradas / que, en silencio, sufrirán / nuestros seres allegados.

Y en septiembre, / saldrán, de nuevo, / los alumnos al recreo / y podrán ver? / mirando al cielo / los pétalos de dos rosas, / Amets y Sara, / que, cargadas con los libros, / en el colegio?/ entrarán de nuevo.