En el año en que Asturias alcanzará un récord en la elaboración de sidra con Denominación de Origen Protegida (DOP), con 2,5 millones de litros en previsión, en el País Vasco se preparan para lanzar su propia Denominación de Origen (DO) para su sidra. La decisión ha sido recibida en el sector asturiano con cierta tranquilidad, y hay quien ve hasta una oportunidad para diferenciarse en el mercado. "Cuantas más denominaciones de origen protegidas existan mejor; representa una buena evolución de la sidra", aprecia la gerente del consejo regulador de esta marca de calidad en Asturias, Reyes Ceñal.

En Francia y Gran Bretaña hace años que optaron por la Identificación Geográfica Protegida (IGP) para sus sidras, con un nivel inferior de protección con respecto a la DOP pero que permite, por ejemplo, introducir variedades de manzana de fuera del territorio con esta marca para la elaboración de su sidras.

El Principado parte, no obstante, con cierta ventaja en este asunto: la elaboración del triple de cantidad del caldo dorado. Unos 45 millones de litros en Asturias por ejercicio, frente a los 13 estimados en el País Vasco para su sidra natural. José María Osoro, expresidente de la Asociación de Lagareros y uno de los principales entendidos de sidra en Asturias, opina que optar a una denominación de origen obliga a seguir un itinerario que arranca con la publicación en el Diario de la Unión Europea de dicha aspiración. Posteriormente se hace necesario cumplir una serie de requisitos para alcanzar este objetivo. El primero de ellos es que la materia prima del caldo sea autóctona, que se elabore al estilo de la zona y que esa producción se realice en el mismo territorio donde se opta a la marca de garantía. Esos pasos reglados podrían demorarse hasta año y medio para superar el trámite de la Unión Europea. No obstante, los elaboradores no observan afrenta alguna en la decisión del gobierno vasco, de acuerdo con los elaboradores, de iniciar el proceso de la DO para la sidra de Euskadi. "Aunque en Asturias hay muchas cosas por hacer no representa una amenaza, si acaso un acicate para ver que hay otros competidores", explica el expresidente de los lagareros.

Uno de los mayores elaboradores de la región, el gijonés Samuel Trabanco apunta en una primera valoración sobre el asunto que le "extraña" que funcione este sello de calidad con la sidra vasca, más en un momento en que ya cuentan con marca propia, la denominada Eusko Label que garantiza desde 2011 que esa sidra está elaborada con manzanas 100% autóctonas, mediante un proceso tradicional y tras superar numerosos análisis de producto, de forma muy similar a la marca de sidra de "Manzana seleccionada" que ya funciona en Asturias. Trabanco coincide con otros productores en la despreocupación con la que reciben la futura DO para la sidra vasca. Más bien lo entiende como una oportunidad para competir, "más allá de cualquier batallita, igual que los vinos", aclara ante la coexistencia de varias denominaciones de origen en el sector vitivinícola sin mayores interferencias. "Es positivo que se segmente el mercado", subraya la gerente del Consejo Regulador Sidra de Asturias.

En cantidades, observa Osoro que Asturias parte con ventaja. En la última campaña la sidra del Principado acogida a la marca de garantía llegó a 1,9 millones de litros frente a los 900.000 del País Vasco pese a contar con una cifra muy similar de cosecheros uno y otro territorio. La consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, confía en que el año que viene pueda arrancar el proceso para dotar de una denominación de origen a la sidra que se elabora en Euskadi, decisión que choca con la advertencia de la gerente del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias quien insiste en que esa aspiración implica un proceso de tramitación "bastante lento". Los vascos han encontrado, sin embargo, un filón en la promoción turística en sus caldos que vive un auge en los últimos años.