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JOSÉ ANTONIO GÓMEZ RODRÍGUEZ | Decano de la Facultad de Filosofía y Letras

"En investigación es necesario un pacto de Estado, ahí faltan sosiego y recursos"

"Con 'Bolonia', docentes y alumnos estamos con un estrés encima que es difícil de llevar, hay que trabajar para que el estudiante no esté agobiado"

José Antonio Gómez Rodríguez, en la plaza de la Gesta en Oviedo. LAURA CARADUJE

A punto de iniciarse el puente festivo de la Constitución, el gijonés José Antonio Gómez Rodríguez resultó elegido, en una segunda ronda de votaciones, como nuevo decano de la Facultad de Filosofía y Letras en una disputadísima carrera electoral en la que también tomaron parte la profesora Carmen Alfonso García -decana en funciones tras la renuncia de Cristina Valdés al ser nombrada Directora General de Universidades- y el profesor Alfonso García Leal. En la primera vuelta le faltaron ocho votos para alcanzar la mayoría absoluta y, en la segunda ronda de votaciones, Gómez se quedó cuatro votos por delante de la segunda contrincante, Carmen Alfonso.

-¿Cuándo decidió dar el paso al frente?

-Fue una decisión del equipo. Hicimos un programa electoral y lo diseñamos entre todos pese a que no es muy habitual que el candidato vaya con el equipo por delante. Cuando volvimos en septiembre, todos nos preguntaban si nos íbamos a presentar. Nos dimos un tiempo y el día después de San Mateo tomamos la decisión.

-¿Sus prioridades?

-Ahora mismo la prioridad absoluta son los títulos de grado. El 21 y 22 de este mes un panel de la ANECA va a evaluar los cuatro grados filológicos y después en abril vendrán a evaluar los cinco grados restantes adscritos al centro. En cuanto a posibilidades de mejora habría dos niveles. Las cuestiones de andar por casa esperamos ir mejorándolas poco a poco: equipamiento de aulas, recursos informáticos, instalaciones para el alumnado como los comedores y también hay otra cuestión notoria que es el plan de ordenación académica.

-¿Cómo se organiza un centro con más de dos mil alumnos y nueve grados?

-Ahora mismo tenemos que empezar a preparar ya el nuevo plan docente para el curso que viene, que es la cuestión que más importa al profesorado, porque hay muchos aspectos que conjugar: docentes, titulaciones, conciliación, que los alumnos no tengan 6 horas seguidas de clase...

-¿Cómo se vivió la reorganización de centros en El Milán?

-Yo era vicedecano de la Facultad de Geografía con el profesor Octavio Montserrat de decano cuando se fusionaron Filosofía, Geografía y Filología. Al principio había grandes reticencias y recuerdo que alguna persona le dijo al Rector que tendrían que pasar varios años para que las cosas funcionaran como entonces. Pues bien, creo que no ha sido tan mala esa fusión. Hemos ganado en convivencia y eso da una nueva dimensión al centro.

-¿Gobernar es negociar y llegar a acuerdos?

-A mí es lo que más me gusta. Recuerdo una frase que oí a López y que hago mía: decía que le gustaba ser rector porque le gustaba templar gaitas. Pues a mí también, no solo porque soy musicólogo sino porque me gusta dialogar, tratar de llegar a acuerdos con los compañeros. Esa capacidad de comunicación y de relacionarte es fundamental en el mundo universitario, no podemos darnos la espalda porque necesitamos esa convivencia en muchos grados donde hay asignaturas e itinerarios comunes.

-¿Hay opciones de incorporar algún grado nuevo?

-No lo veo fácil. Me conformo y apuesto porque continúen los que están. No me cabe duda de que las autoridades académicas están haciendo lo posible por ello.

-¿Apuestan, como dice el Rector, por los posgrados internacionales?

-Algún profesor me ha trasladado esa necesidad de abrir algunos másteres en Humanidades. Eso implicará trabajo pero puede ser interesante. El máster internacional es lo que personaliza a las universidades, les da un sello particular y las hace muy atractivas internacionalmente, tanto si seguimos con el 4+1 o pasamos al 3+2. Pero todo eso hay que cimentarlo con recursos y un sostenimiento con becas para los estudiantes, con apoyo también de la empresa, no vamos a tirar siempre de los poderes públicos.

-¿Es partidario de un modelo 4+1 o 3+2?

-Los que se han pronunciado son más partidarios del 4+1 actual que del 3+2. Por muchas razones, entre ellas porque primero estamos acreditando los títulos, además en una comunidad como la nuestra donde los recursos son los que son y esto siempre quiere decir pocos nos va a costar mucho más abordar el sistema 3+2, pues en los másteres implican un presupuesto considerable.

-¿Existe apoyo institucional hacia la Universidad española?

-Quiero ser optimista y pienso que sí pero ahí sí que es tarea nuestra darnos a conocer. El nuevo "plan Bolonia" conllevó asignaturas como prácticas en empresas que implicó acudir al sector privado para que se nos conociera. Esa será una práctica de futuro. A las empresas hay que mimarlas y tratarlas muy bien, estar a su lado y hacerles ver que hay otra dimensión en la Humanidades que la clásica.

-¿"Bolonia" llegó en un momento en que la Universidad no estaba preparada para ello?

-Yo lo que diría es que "Bolonia" se implantó a coste cero y eso supuso más voluntad que medios. De la noche a la mañana nos vimos haciendo todo lo que hacíamos más un poco más: burocracia, reuniones, evaluaciones, comisiones sobre las que no se nos había advertido... Eso multiplicó las tareas y aunque el modelo es magnífico en el sentido de que el alumno trabaje de manera autónoma con una directriz del profesorado, ello no debe acompañarse de una multiplicación insensata de la actividad docente que es lo que hemos tenido, con una burocracia excesiva para lo que podemos soportar.

-¿Qué resultados están viendo en el alumnado?

-El que yo veo no es malo. Les gusta el modelo pero lo que te piden es un poco más de tiempo para preparar los trabajos. Hay que trabajar para que el alumno no esté agobiado. Veo que estamos todos con un estrés encima tanto profesores como alumnos difícil de llevar.

-¿Sintieron que se excluyó a las Humanidades del Campus de Excelencia Internacional?

-En aquel momento sí que hubo su malestar pero creo que se superó pronto. El apoyo del Rectorado se explicita en la defensa de los grados pero necesitamos difundir mucho la investigación que realizamos en Humanidades.

-¿Es todavía desconocida?

-En parte sí. Lo que más se difunde son los avances en la creación de conocimiento científico y los de Humanidades son menos visibles pero importantes. Depende de nosotros también que se conozca.

-¿Qué le parece que el ministro de Educación defienda que en España hay muchos universitarios?

-Yo nunca diría que hay demasiada población universitaria. Diría que tendrá que haber más todavía.

-¿Es posible compaginar docencia e investigación?

-Es muy complejo. Si no tienes demasiados cargos o cargas creo que sí es posible, aunque depende cuanta docencia tengas. Hay profesores que están a 32 créditos y eso se lo vamos a pedir a todos los rectores porque ha sido un clamor de todo el profesorado: no se puede estar a 32 créditos, y compaginar investigación y docencia. La Universidad tiene eso de bueno que es la docencia y creación de conocimiento pero lo importante es compartir con los alumnos. Ahora bien, más de cinco asignaturas por docente es inhumano. El profesorado necesita tiempo para investigar y crear conocimiento.

-¿Cuál es el número ideal de asignaturas por docente?

-Ir hacia los 24 créditos. La famosa ley Wert dice que se procurará 24 créditos por profesor pero abre la vía hacia 32 y deja a las autonomías la decisión porque eso ahorra dinero. Comprendemos que hay los recursos que hay pero 24 créditos están bien, son 4 asignaturas de 6 créditos cada una y es suficiente.

-¿Qué opina de los sucesivos cambios en leyes educativas?

-Esos vaivenes políticos muchas veces se traducen en modificaciones de los reglamentos que implican que en la actualidad tengamos varios modelos de doctorado, por ejemplo, con una complicación administrativa y formal bastante grande. A otro nivel quizá sea necesario un pacto de Estado por la investigación para que esos vaivenes no se produzcan y no te descentren. Creo que se están dando pasos en este sentido. Se necesita sosiego y recursos, es algo fundamental en investigación.

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