Las llamadas de atención que se produjeron entre los vecinos de El Franco al mediodía de ayer cuando veían una columna de humo sobre la Sierra de La Bobia, se transformó en miedo a primera hora de la tarde y en pánico a medida que avanzaban las horas y veían las llamas acercándose a sus casas.
Los avisos al Servicio de Emergencias del Principado colapsó la centralita y fueron muchos los vecinos de las localidades del interior del concejo de El Franco que no pudieron contactar y tuvieron que enfrentarse como pudieron a las llamas que rodeaba sus casas. Para ello utilizando desde el agua almacenada en cubas hasta los tractores echando tierra, según confirmaron algunos familiares. Finalmente, fueron desalojados los vecinos de La Cabana, Chao das Trabas y San Juan de Prendonés. Horas más tarde también residentes de Viavélez y de La Caridad se vieron obligados a abandonar sus casas.
Rubén Monteavaro, vecino de Valdepares, tiene familia en San Juan de Prendonés y ayer, en conversación telefónica, relató que en ese pueblo había ardido un pajar y algún local anejo a viviendas, como cuadras. Pero no sabía nada más porque los vecinos estaban inmersos en la tarea de sofocar las llamas que rodeaban sus casas y que ya había arrasado cuadras y pajares.
El humo ya se veía al mediodía en la Sierra de La Bobia, en el concejo de Boal, entre El Gumio y La Garganta, que fue donde se originó el incendio. Pero fue hacia las cinco y media de la tarde cuando desde la costa se empezaron a ver las llamas, que avanzaron rápidamente debido al intenso viento, con rachas superiores a los 100 kilómetros por hora.
Daniel López Barreiro regenta un restaurante en la carretera general, que se cerró al tráfico por el fuego. "Estamos rodeados. Las llamas llegaron a estar muy cerca de la gasolinera, que tuvo que cerrar. Está todo cortado y colapsado del tráfico que no se deja circular. La Guardia Civil vino a decirme que cerrase yo también, pero tal y como están las cosas, alguien tendrá que atender a todas estas personas que se han concentrado aquí", afirmó el hostelero.
Una vecina de La Caridad aseguró que "está todo muy seco, lleva muchísimo tiempo sin llover, hace mucho calor y con el viento las llamas avanzaron muy deprisa. Todo el mundo está muy nervioso porque el fuego está rodeándolo todo y como no consigan controlarlo pronto, habrá una desgracia".
Al cierre de esta edición, varias decenas de vecinos se intentaban acomodar en el polideportivo Paraguay de La Caridad, con la esperanza de que hoy llueva y el temor de ver las consecuencias del incendio.
