Rosa Acebal lo tenía claro cuando poco después de las diez y media de la mañana de ayer se despidió de los periodistas y los clientes arremolinados a la puerta de su negocio: "Nos vemos luego otra vez, cuando demos otro premio o el Gordo...". No fue el Gordo, pero sí un tercero, que sumó a los dos que ya había repartido al inicio del sorteo de Navidad: un cuarto y un quinto. "En total han sido unos 80.000 euros en premios", celebró la lotera del Estanco de la Suerte de la calle Jovellanos de Oviedo. "Emocionados, cómo vamos a estar", atinaron a decir Rosa y sus hermanos Antonio y Julio Acebal, a los que luego se sumó un cuarto, José María, durante una larga mañana de alegrías y felicitaciones.
Y es que los Acebal -son siete hermanos, de los que algunos regentan este estanco y despacho de loterías que fundó un bisabuelo en 1931- han demostrado que son una familia con suerte. Porque a lo de ayer -tres premios seguidos- hay que sumar también el nutrido historial de anteriores convocatorias.
La lotera echó cuentas a última hora del día, en el que acabó muy cansada pero mucho más feliz: "En 2014 repartimos un cuarto premio, y en 2012 vendimos doce del Gordo, que en total sumaron 4,8 millones de euros".
Quizás tenga que ver, en esa suerte, el cambio de nombre que la familia hizo del despacho en 2012: hasta entonces se llamó Estanco de Jovellanos, pero desde ese año es el Estanco de la Suerte. No obstante, los hay que prefieren no ver suerte, sino un simple cumplimiento de posibilidades.
En la misma familia Acebal anida esta teoría. Uno de los hermanos, Antonio -que en 1982 ganó una Olimpiada de Matemáticas cuando estudiaba en el San Ignacio-, es un enamorado de los números. Así que tiene calculado lo que podía pasar y pasó ayer en el Estanco de la Suerte: existe una posibilidad entre 250 de que una sola administración pueda repartir tres premios. También echó cuentas del resultado del sorteo de este año: los Acebal han vendido cerca de un 70 por ciento más que el año pasado. ¿Por qué? Parece ser que aquí no valen estadísticas: "Ah, no sé, quizá esté mejor la gente de dinero...".
Con todo, los Acebal tienen claro que no han hecho nada más que empezar a dar premios. Asegura Rosa que en el Estanco de la Suerte tocará el Niño. Lo dice convencida. Tanto como cuando ayer a primera hora tenía claro que el sorteo de Navidad le iba a deparar más de un premio. Habrá que creerla, porque así fue.
