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Los pescadores piden proteger los puertos para que el temporal no cause más daños

Los patrones de Asturias lamentan que no se hayan hecho obras de abrigo en los muelles tras la "mareona" de 2014

Oleaje ayer en el Conexal de Perlora, con el camping carreñense al fondo. M. G. S.

La fachada marítima de Asturias sigue sin protección dos años después del gran temporal. El fuerte oleaje mordió en febrero de 2014 una parte importante de los puertos regionales. Ante el temor de que vuelva a azotar la costa cantábrica este invierno, los pescadores exigen a la Administración que realice de urgencia obras de abrigo en los muelles. El Cabo Peñas registró ayer olas de seis metros y rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora -la tercera más alta de España, por detrás de Estaca de Bares y Finisterre (La Coruña)-. "Los puertos están sin defender. Es nuestra eterna reivindicación, pero pasan de nosotros", asegura Rodrigo Maseda, patrón mayor en Tapia de Casariego. De hecho, los profesionales de Puerto de Vega ya pasaron estos días sus "apuros" al romper los amarres de los barcos. "La mar aquí entra y hace lo que quiere. Falta protección", destaca Adolfo García.

Dada esta situación, los pescadores temen que la catástrofe se repita. "En Candás repararon los pantalanes rotos y se acabó. El agua sigue entrando como Pedro por su casa. Así que si llega otro temporal será igual o más destructivo que el de 2014", advierte el patrón mayor de la cofradía carreñense Nuestra Señora del Rosario, José Ángel Gutiérrez, "el Francés". No obstante, para que eso ocurra hace falta no sólo oleaje, sino mareas vivas.

"De momento no hay mucho riesgo, pero si llega la ola, arrasa con todo otra vez", dice José Luis Gutiérrez, patrón mayor de Luanco, una de las localidades más castigadas hace dos años por el temporal. En la mayoría de los muelles esta semana los barcos no han podido salir a faenar. La dificultad para pescar viene marcada por la velocidad del viento, que ayer alcanzó la máxima de 64 kilómetros por hora a las nueve de la mañana en Cabo Busto, en Valdés. Sólo fue superada por Estaca de Bares (Galicia), que alcanzó los 90.

Continuando con la tónica del fin de semana, toda la cornisa cantábrica estará hoy en alerta naranja por riesgo importante de fenómenos costeros, viento y fuerte oleaje, mientras que se ha activado la alerta amarilla por estos fenómenos en Tarragona, Islas Baleares, Granada, Almería y Melilla. En el caso de Asturias se acumulan tres avisos: dos alertas amarillas por viento y nieve y la alerta naranja por fenómenos costeros.

La Agencia Estatal de Meteorología prevé para este miércoles en el Principado cielos cubiertos en el oeste y nubosos en el resto de la región. Las precipitaciones, que serán, en general, débiles, se intensificarán y generalizarán de oeste a este. La cota de nieve, inicialmente fijada en torno a 800 metros, irá ascendiendo rápidamente por encima de 2.000, con heladas débiles en cotas altas.

Ayer, las condiciones meteorológicas en Asturias, más inestables que en el mes de diciembre, hicieron obligatorio el uso de cadenas en siete puertos de montaña. Así, las nevadas obligaron a utilizar cadenas en el Puerto del Palo, el Pozo de las Mujeres Muertas, y el Alto de la Marta en Allande. Igualmente se hace preciso el uso de cadenas en dos puertos de Cangas del Narcea (Leitariegos y Connio), y en los puertos de Cerredo y Campillo en Degaña. En cuanto a las temperaturas en las principales ciudades de la región, Oviedo registrará una mínima de 6 grados y una máxima de 15; en Gijón se oscilará entre una mínima de 8 y la máxima de 17, mientras en Avilés la variación será entre una mínima de 8 y una máxima de 13.

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