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Excoordinador de IU Xixón

Un Gobierno incapaz

La prueba de la prórroga presupuestaria ante un nuevo ciclo político

El 2016 empieza en nuestra comunidad autónoma con unos presupuestos públicos prorrogados. Son muchos los análisis que se están haciendo sobre esta relevante cuestión, pero en mi opinión es evidente que esto ante todo refleja el rotundo fracaso del gobierno de la FSA-PSOE y del presidente Javier Fernández.

Y es un fracaso por partida doble, primero porque un gobierno precario sustentado solamente por 14 diputadas y diputados de los 45 escaños de la Xunta Xeneral, es incapaz de tener la mínima capacidad de diálogo, credibilidad y humildad suficiente para conseguir apoyos suficientes, y segundo, porque en una actitud tan infantil como soberbia, que bebe del villismo sin Villa de la actual FSA, retiran los presupuestos presentados y se niegan a un nuevo proceso de dialogo desde planteamientos de verdadero cambio en Asturies. Con ello evidentemente Javier Fernández y su gobierno priorizan los intereses de partido, o en su caso de "régimen", por encima de la necesidad vital de abrir un nuevo ciclo político en esta Comunidad.

Es decir, la FSA-PSOE puede volver a presentar unos nuevos presupuestos pero en lugar de ello opta por prorrogar unas cuentas con las que seguramente se encuentra bastante a gusto, ya que fue las que pactó hace dos años con el Partido Popular. Acuerdo que llegó después de romper el PSOE la colaboración con Izquierda Xunida y UPyD, tras negarse a aprobar la reforma de la ley electoral que habían acordado previamente las tres formaciones, vetando con ello la posibilidad de articular una democracia más representativa y dinámica.

En este contexto político causa especial desasosiego la situación que se está dando entre ciertos representantes de Izquierda Xunida y el grupo parlamentario de Podemos. Como en política nunca es buena compañera la visceralidad ni el funcionamiento en caliente, esto debería ser analizado desde el sano contraste de opiniones, huyendo de discursos identitarios y del siempre recurrente "enemigo externo" para racionalizar lo que está pasando. Para buscar entendimientos en las instituciones y en la calle habría que partir de dos elementos claves: propuesta programática y credibilidad. Al valorar afinidades programáticas en elementos básicos como la lucha contra la hipócrita "austeridad", la transformación hacia un modelo de democracia participativa, las medidas anticorrupción, las acciones de emergencia social, la sostenibilidad ecológica, el federalismo y el derecho a decidir, etc., es obvio que la sintonía entre Podemos e Izquierda Xunida es más que evidente, y de hecho ambas fuerzas políticas comparten grupo en el parlamento europeo y han participado en candidaturas de convergencia en Cataluña y Galicia.

En cuanto a la credibilidad muchos pensamos que el PSOE no tiene ninguna. Y baste solo con analizar la reforma del artículo 135, la reforma laboral del Gobierno de Zapatero o las medidas de recortes ejecutadas en lo que se refiere al marco estatal. Y para qué hablar de la FSA. Es por ello que debería cuanto antes pararse esta dinámica, tal como por ejemplo un grupo de cargos públicos y militante de Podemos, Izquierda Xunida y Equo exponíamos en una carta abierta publicada unos cuantos días antes de las elecciones en la que se animaba a la ciudadanía asturiana a no votar al trinomio PP-PSOE-Ciudadanos y a iniciar un proceso que superando el bipartidismo permitiera abrir un nuevo tiempo de regeneración política en Asturies.

Esto debe empezar por evitar actuar como pantalla de una FSA que lleva más de 30 años monopolizando el poder en esta Comunidad, y que parapetándose en una retórica y hueca dicotomía izquierda-derecha ha implantado un cultura clientelar y provinciana que es imprescindible superar. Asumir esto es clave para iniciar un verdadero proceso de convergencia que permita transformar nuestra tierra.

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