El Gobierno del Principado declara la "guerra" al coche en el eje metropolitano asturiano, donde, pese a la existencia de una tupida red ferroviaria y a los servicios de autobús, apenas una cuarta parte de los desplazamientos internos se realizan en medios de transporte público. Según adelantó ayer la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, el plan para el "diseño coordinado" del área central que su departamento impulsará en esta legislatura incluirá diversas medidas para tratar de invertir el actual reparto modal, claramente inclinado hacia el vehículo privado. Entre ellas, detalló Fernández, se cuentan la construcción de carriles bus de acceso a las principales ciudades de la región, que estén conectados con las estaciones de autobuses y con los principales equipamientos urbanos, o la habilitación de aparcamientos disuasorios en las inmediaciones de esas mismas ciudades, bien relacionados con los servicios locales de autobús.

La titular de Infraestructuras también abogó por potenciar el billete único del Consorcio de Transportes de Asturias (CTA), que, según indicó, el año pasado superó los 18 millones de usos. Una vez conseguida la incorporación de Oviedo, Belén Fernández se marcó como objetivo "optimizar" esta figura de "fidelización del usuario del transporte público" con la aplicación de nuevas tecnologías. El diseño de movilidad intermodal y basado en el transporte público que la Consejera avanzó ayer para el área central también incluye como prioridad la renovación de la flota de vehículos, "apostando por los más limpios, como pueden ser los híbridos, eléctricos puros o con tecnologías que contribuyan a eliminar las emisiones contaminantes".

Con estas medidas, el Principado también pretende evitar que se repitan situaciones como la vivida en Oviedo en el puente de la Constitución, cuando el Ayuntamiento, a instancias del Principado, decidió cortar el acceso a la ciudad por la "Y" para reducir los niveles contaminantes de la estación del Palacio de los Deportes. Frente a la opinión de los ecologistas, que apuntaron a la actividad industrial, el Gobierno regional achacó la mayor parte de la responsabilidad de aquella situación al tráfico.