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Asturama | Los rostros de la noticia

Las ciudades tiñen de blanco la noche

Oviedo, Gijón y Avilés ahorran energía y costes al sustituir por lámparas led las clásicas bombillas de iluminación amarilla

Una transición en varios tiempos. Arriba, la calle Carreño Miranda, en el centro de Avilés, con luces amarillas a un lado y blancas al otro por el proceso de transición. Sobre estas líneas, luminarias en la gijonesa calle de La Merced, todas ya de led. RICARDO SOLÍS / ÁNGEL GONZÁLEZ

Las tres grandes ciudades asturianas están cambiando de color. Lo hacen de forma paulatina, pasando del amarillo al blanco, de la bombilla de vapor de sodio al led. El objetivo es claro: ahorrar tanto en consumo de energía como en el recibo de la luz. El consumo del alumbrado público se reducirá entre un 60% y un 80%, lo que en metálico supondrá, en conjunto, un recorte en el gasto público de más de un millón de euros al año entre las tres urbes, según los cálculos realizados por los técnicos municipales. De hecho, el ahorro conseguido con los cambios de bombillas han permitido invertir en los siguientes sin tener que incrementar la factura a las arcas municipales.

La luz que alumbra las calles de Oviedo, Gijón y Avilés será completamente blanca en dos o tres años. Las opiniones entre los ciudadanos son dispares, porque para gustos colores. Pero cuando se habla de ahorro contante y sonante, las voces se vuelven unánimes.

La situación en las tres grandes ciudades es la siguiente:

Las farolas isabelinas de Oviedo alumbran en blanco. Oviedo es bicolor al oscurecer. Unas calles son anaranjadas y otras blanquecinas. El tono depende de las bombillas de las farolas. Las primeras son de 175 vatios y están en periodo de extinción para dar paso a las segundas, de 60, y que según los técnicos municipales, alumbran mejor y de manera más eficiente el entorno.

El objetivo del Ayuntamiento ovetense (tanto del anterior gobierno local del PP capitaneado por Agustín Iglesias Caunedo, como por el tripartito del PSOE, Somos e IU) es que la iluminación de todo el municipio sea uniforme en un plazo de tres años, habiendo invertido un total de 3,2 millones de euros. Y para lograrlo lo hace por fases y sin quitar las bases de hierro de las farolas isabelinas de la capital del Principado. Así, los operarios renovaron los faroles de 70 calles el año pasado y trabajarán en el mismo número de vías a lo largo de éste. La mayor parte de ellas están repartidas por el Antiguo, la Tenderina, El Campillín y la zona centro.

La sustitución de las luminarias por otras de bajo consumo permitirá, según los cálculos que realizan los técnicos municipales, ahorrar en luz y en mantenimiento más de 166.000 euros al año. Y es que el consumo se reducirá (tomando como base que las farolas de la ciudad funcionan 4.342 horas al año) de 1,4 millones de kilovatios cada doce meses, a 297.086 kilovatios.

La tercera y última fase aún está sin licitar. Tiene un presupuesto de 1,75 millones de euros, que se destinarán a cambiar 2.086 bombillas en 85 calles, situadas fundamentalmente en el centro y en barrios como El Milán y Pumarín. En este caso, el ahorro total será de casi 220.000 euros. El consumo de las calles donde se ejecute esta tercera fase pasará de 2,026 millones de kilovatios al año, a unos 512.600.

Este plan para reducir el ahorro energético se enmarca dentro de las políticas de "smartcity" (ciudad inteligente) que está impulsando la administración local desde hace unos meses. En ellas también se incluyen cuestiones como la informatización de todos los sistemas de riego de las zonas verdes de la capital, con el objetivo de reducir el consumo de agua, y programar prácticamente en tiempo real las horas de riego.

La luz anaranjada tradicional es envolvente y alumbra de manera similar a una lámpara de salón, mientras que las de tipo led son como el faro de un coche al dirigir el haz de luz hacia donde se quiera, en este caso hacia la acera y la carretera para facilitar el tránsito de peatones y vehículos.

Gijón, abriendo camino de manera experimental. Gijón tiene 42.808 puntos de luz en su alumbrado público: 26.811 en la zona urbana y 15.997 en la zona rural. Al mundo de la lámpara led se vinculó el Ayuntamiento de Gijón en 2009 de manera experimental, al tiempo que se colocaban las primeras farolas de energía solar y se ponía en marcha un sistema de telegestión integral del alumbrado capaz de detectar en tiempo real cualquier anomalía de la red. Todo con el objetivo de ahorrar energía y costes.

La apuesta por las luces led se ha intensificado en los últimos dos años. Ahora hay un millar de led en los viales locales entre los instalados y en proceso inmediato de instalación. La zona centro, El Coto, El Llano, la senda del Cervigón o La Arena son testigos. El led está presente en cada remodelación de calles. La peatonalización de la popular Ruta de los Vinos es el último ejemplo.

Este es el presente. Pero el futuro también se ilumina con led. Sólo hace unas semanas se firmaba el contrato para 1.185 luminarias de este tipo a colocar en calles del centro de la ciudad y el entorno del Parque Científico y Tecnológico. Y en el plan de reforma del presupuesto municipal (el Ayuntamiento de Gijón inició 2016 en situación de prórroga presupuestaria) hay una partida de 435.000 euros para el suministro de más lámparas led.

Los cálculos de los expertos es que las nuevas luminarias suponen un ahorro de hasta el 60%. Porcentaje a tener muy en cuenta si se piensa que la partida de este año del presupuesto del Ayuntamiento de Gijón para alumbrado público ronda los 6,5 millones de euros. Alrededor de 3,5 de esos millones se van a pagar el suministro. Y otros dos millones son el coste de mantenimiento de la red.

Además, la reducción de las necesidades energéticas es una de las prioridades que se ha fijado Gijón en su condición de "smartcity" que aboga por la una ciudad sostenible e inteligente.

Avilés cambia el apagado de luminarias por led. El cambio de las luminarias tradicionales por las de tecnología led está directamente relacionado en Avilés con la crisis y el ahorro de costes. El gobierno local emprendió en los últimos años una serie de medidas con el objetivo de reducir ciertos gastos para destinar más fondos a política social. Así, el Ayuntamiento renunció de forma temporal a la mitad el alumbrado de la ciudad (está previsto que en febrero se complete el reencendido), y comenzó a comprar directamente en el mercado de energía. Como consecuencia de esto, se generaron ahorros que se están reinvirtiendo en la sustitución de las luminarias de vapor de sodio por led.

La práctica totalidad del casco histórico avilesino está ya iluminado por las nuevas bombillas de luz blanquecina, frente a la anaranjada que emitían sus predecesoras. En total se están instalando 519 bombillas, con un coste de 305.000 euros, y también se están renovando los siete proyectores que iluminan la plaza de España y otros edificios históricos. Una vez que todas las nuevas bombillas estén colocadas y encendidas, el consumo del alumbrado público del casco antiguo será de 560 megavatios-hora, un 80% menos que con las tradicionales, según las estimaciones municipales.

El concejal de Mantenimiento y Servicios Urbanos, Miguel Ángel García Balbuena (PSOE), anunció recientemente que en los próximos años se irán sustituyendo todas las luminarias convencionales por led. "Estamos satisfechos con el cambio y queremos ir extendiéndolo a toda la ciudad. Se irá acometiendo el cambio de manera paulatina, aunque no hay un plazo concreto", aseveró.

El cambio está generando opiniones para todos los gustos. Mientras algunos vecinos consideran que la luz blanquecina que desprenden las bombillas led es fría y poco acogedora, otros la ven más alegre y consideran que ofrece más claridad. También hay quien ni siquiera se ha percatado de que el centro de la ciudad se está iluminando en blanco.

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