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LEOCADIO ALONSO | Científico del CSIC, trabaja en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias

"Trabajamos en un alimento que prevenga el deterioro cognitivo asociado a la vejez"

"La molécula que investigamos es muy eficaz, pero aplicarla en humanos depende de la Agencia de Seguridad Alimentaria y requiere más dinero"

Leocadio Alonso.

El científico asturiano Leocadio Alonso ha liderado una investigación internacional que ha diseñado una dieta "trampa" para bajar el colesterol en cerdos. El resultado es un éxito: el uso combinado de un probiótico y prebiótico logró reducir en un 18% la presencia total del lípido en la sangre y en un 28% las concentraciones de LDL. El ingrediente clave fue la beta ciclodextrina, que engaña al intestino, inhibiendo la absorción del colesterol. Alonso, investigador del Instituto de Productos Lácteos de Asturias, considera que el avance es una oportunidad para que las industrias desarrollen "productos cardiosaludables".

-El estudio se ha basado en el uso combinado de un prebiótico y un probiótico. ¿Por qué estos compuestos?

-Partimos de la hipótesis de que las altas concentraciones de colesterol total y LDL en sangre están relacionadas con incidencias en enfermedades coronarias. Empezamos por tanto la investigación con una molécula química llamada beta ciclodextrina, que está formada por siete unidades de glucosa y que tiene afinidad con el colesterol. Por otra parte, se estudió el efecto combinado de esta molécula con una cepa de bacteria lactobacillus, aislada del tracto intestinal de cerdos de la raza yorkshire con capacidad de asimilar el colesterol en el intestino delgado y por consiguiente de reducir la absorción del lípido en la dieta.

-¿Cuánto tiempo han tardado en dar con esta fórmula?

-Nuestro grupo lleva más de diez años trabajando en la reducción del colesterol en los alimentos y especialmente en los productos lácteos. Hemos trabajado con diferentes técnicas, tanto físicas como químicas. Dentro de los procesos más rentables para reducir el colesterol y con una eficacia mayor del 90% desde el punto de vista industrial es la utilización de la beta ciclodextrina. El proceso es particularmente eficiente porque extrae el colesterol sin necesidad de aislar la grasa y manteniendo todas las propiedades lipídicas. De hecho, nuestro equipo ha desarrollado métodos de eliminación de colesterol en nata, mantequilla y quesos con más del 95%. La estructura de la beta ciclodextrina le confiere una alta especificidad por el colesterol formando un complejo insoluble que se elimina por centrifugación. Por todo ello, la aplicación de esta sustancia presenta una alternativa de gran interés para reducir el colesterol en los alimentos.

-En su último trabajo hablan de una dieta "trampa" que engaña al intestino inhibiendo la absorción del colesterol. ¿Cómo es posible?

-Teniendo en cuenta la alta capacidad de la beta ciclodextrina de unirse al colesterol, se asume que este componente químico actúa como una trampa del colesterol en el lumen del intestino encapsulándolo y formando un complejo ciclodextrina-colesterol. De esta forma se impide la absorción tanto del colesterol endógeno como el procedente de la dieta a través del intestino delgado y eliminándose este complejo por las heces.

-¿Qué aplicaciones tiene la investigación?

-El estudio puede tener aplicaciones en el diseño de productos lácteos funcionales mediante la incorporación combinada de un prebiótico y un probiótico capaces de secuestrar y asimilar el colesterol. El nuevo compuesto basado en el empleo combinado de la beta ciclodextrina y la bacteria lactobacillus supone una innovación en el desarrollo de nuevos complementos nutricionales y actúa como un agente hipocolesterolémico en cerdos.

-¿Qué pasos darán?

-Sería interesante realizar ensayos clínicos en humanos en un futuro cercano para estudiar el efecto combinado de la beta ciclodextrina y la bacteria lactobacillus. Estamos en la línea de conseguir financiación para poder continuar con estos estudios y así ser capaces de ver el efecto metabólico y encapsulante que estos componentes tienen en el sistema digestivo. Para ello, sería interesante que las empresas de productos alimenticios apostaran por la innovación y la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) acelerara los trámites de alegaciones como ocurrió con la alfa-ciclodextrina.

-¿Cuándo se podrá conocer su efectividad en humanos?

-En relación a las ciclodextrinas, la EFSA aprobó el dictamen de la comisión técnica de productos dietéticos, nutrición y alergias que había solicitado la alfa-ciclodextrina como nuevo alimento. Actualmente, la beta ciclodetrina se encuentra en fase de trámites para ser aprobado para el consumo en humanos y esperamos que en un futuro a corto plazo se logre. Hay que tener en cuenta que está reconocida como un componente seguro.

-En la investigación tiene un papel protagonista Asturias y en concreto el Instituto de Productos Lácteos. ¿En qué otras investigaciones trabajan?

-Hemos trabajado en proyectos de I+D de leche líquida, nata y mantequilla con el objetivo de desarrollar nuevos alimentos funcionales que aporten beneficios para la salud de los consumidores. En este sentido, la reducción del contenido en colesterol en derivados grasos es una oportunidad de extremado interés ante la necesidad de mejorar la calidad de estos productos desde el punto de vista cardiovascular. Estos trabajos abren nuevas líneas de investigación que esperamos que el sector lácteo aproveche para el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan reducir el contenido en colesterol de los derivados grasos, lo que podrá dar origen a una nueva gama de productos cardiosaludables. Ahora mismo, por ejemplo, estamos trabajando en el diseño y la evaluación de un complemento nutricional enriquecido en fosfolípidos bioactivos para la prevención del deterioro cognitivo leve asociado al envejecimiento.

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