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El lastre del "ocho metropolitano" astur: las limitaciones políticas y administrativas

La ausencia de un ente regulador supralocal para coser y potenciar el área central impide activar las directrices presentadas hace una década

El lastre del "ocho metropolitano" astur: las limitaciones políticas y administrativas

Sólo hay que ver una imagen nocturna de España tomada desde un satélite para convencerse de que el área central de Asturias es una gran ciudad que brilla con luz propia y que destaca tanto como el área metropolitana de Bilbao, la otra gran concentración urbana del Norte de España. Otra cosa muy distinta es que ese conglomerado que algunos geógrafos denominan Ciudad Astur se comporte como una verdadera ciudad y, sobre todo, que se estén aprovechando las potencialidades que ofrece un asentamiento con más de 800.000 habitantes, el séptimo más poblado de España.

El estudio "Asturias: impulso metropolitano para afrontar nuevos desafíos", elaborado por Fernando Rubiera, Santiago Martínez y Arberto Gude, del Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab) de la Universidad de Oviedo, destaca que el área metropolitana que está emergiendo en el centro de Asturias "puede ser una de las claves fundamentales para cambiar las tendencias demográficas (de caída de población y envejecimiento) e impulsar la creatividad y dinamismo emprendedor que ayuden a mejorar la productividad y reducir las especialización industrial" de la región. En suma, que la consolidación de ese área metropolitana puede frenar el declive económico de Asturias.

Sin embargo, los investigadores destacan que debido a "su compleja realidad policéntrica" y a las "limitaciones político-administrativas", la metrópoli central de Asturias "no acaba de cristalizarse". Resaltan que "carece totalmente de un reflejo institucional" y que "no existe hasta el momento ninguna regulación supralocal sobre la ocupación del espacio y la ordenación del territorio en el centro de la región".

Menos habitantes

El Gobierno regional presidido por Vicente Álvarez Areces presentó en 2006 un avance de las Directrices Específicas para el Área Central de Asturias. Eran una serie de propuestas de ordenación (agrupadas en diez actuaciones) para coser la metrópoli que nunca llegaron a ser aprobadas. Diez años después, el actual Gobierno regional asegura que está "ultimando" el trabajo "encaminado a la ordenación del área central de Asturias". Se ha perdido una década y en el último lustro los 20 concejos del área central de Asturias incluso han perdido casi 17.000 habitantes.

Muchas de las propuestas del avance de directrices de 2006 se han quedado obsoletas porque el crecimiento desordenado del área metropolitana ha desbordado la planificación. Así, el documento planteaba reordenar la zona que denominaba como "nueva centralidad Llanera-Siero-Oviedo", un área comprendida entre La Corredoria y La Fresneda que en la última década se ha transformado con la construcción del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y sus viales de acceso; el crecimiento urbano de La Corredoria; la ampliación de superficies comerciales en Parque Principado o la construcción del macropolígono industrial de Bobes.

El avance de las directrices también incluía medidas para mejorar el transporte dentro de la metrópoli. La principal de ellas era la formalización de un convenio entre el Principado y la Administración General del Estado para establecer una red metropolitana principal y otra secundaria que evitara duplicidades innecesarias de trayectos y mejorara las conexiones y enlaces. Una tarea que una década después sigue pendiente.

Pasillos verdes

Otras propuestas incluidas en el documento eran la delimitación de un sistema de espacios libres (pasillos verdes); la transformación del río Nalón y sus orillas en un parque metropolitano (con paseos y carriles bici, zonas agrícolas de ocio, áreas recreativas y hosteleras y una mejora de los accesos); la consolidación de un eje portuario-industrial (que tendría como principal actuación la conexión de los puertos de Gijón y Avilés, la mejora de sus accesos y la habilitación de nuevas zonas de crecimiento industrial y logístico); el reforzamiento comarcal de Avilés (con proyectos y estrategias vinculadas a la recuperación de la ría y al corredor urbano entre el puerto y el aeropuerto); la recuperación ambiental, reurbanización de espacios degradados y conexión entre núcleos de Mieres, Lena y Aller; la consolidación de la ciudad lineal del valle del Nalón; la conexión urbana entre Noreña, Pola de Siero y El Berrón; y finalmente una serie de directrices para grandes equipamientos supramunicipales como es el control de la implantación de superficies comerciales, la conexión con transporte público de los grandes equipamientos públicos y privados y un programa de "racionalización territorial" de los distintos campus de la Universidad de Oviedo.

Todas esas directrices estaban planteadas para "mejorar la eficiencia" del conjunto metropolitano, pero el propio documento del Principado señalaba como condiciones necesarias para articularlas en primer lugar una aceptación ciudadana y en segundo lugar una cooperación administrativa "siendo especialmente necesaria la decidida participación municipal". Ahí se entra en el terreno de la gobernanza de la metrópoli.

"Hay numerosas fórmulas de gobernanza de las áreas metropolitanas que no pasan necesariamente por la creación de un macroayuntamiento. En España se ha optado principalmente por la fórmula del consorcio pero hay muchas más variantes", señala el geógrafo Fermín Rodríguez, director del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo (CeCodet) y autor de varias publicaciones sobre áreas metropolitanas. "La fórmula a elegir debe adaptarse a la zona", añade.

El ejemplo de Vigo

Hay que analizar, pegarse al terrero y luego elevar la vista para tomar una decisión que será vital para el desarrollo de la región", añade Fermín Rodríguez. "El establecimiento de unas directrices urbanísticas no es suficiente, se necesitan instituciones metropolitanas que no tienen por qué ser un "Principado bis" ni un organismo que limite las competencias de los ayuntamientos", apunta por su parte el economista Fernando Rubiera, director del Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab) de la Universidad de Oviedo.

Otras áreas metropolitanas de España, como es el caso de Vigo y trece municipios limítrofes, acaban de acordar la creación de un ente metropolitano con representación y financiación ponderada de los ayuntamientos según su población. En Asturias, tras años de debate, todavía no hay ni aprobado un documento oficial en el que se plantee un ordenamiento de la urbe. A nivel administrativo, Ciudad Astur sigue en la oscuridad.

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