Gabino de Lorenzo, actual delegado del Gobierno en Asturias y durante 22 años alcalde de Oviedo, además de ser uno de los pesos pesados del PP asturiano de las últimas décadas, decidió esta semana abandonar el ostracismo y dar un meneo a su partido, especialmente a su líder regional, Mercedes Fernández, a la vez que hablar de varios asuntos polémicos, como el Calatrava, la variante de Pajares o El Asturcón ovetense. No hay duda de que De Lorenzo no está dispuesto a pasar, sin más, a la reserva política. Que la presidenta del PP asturiano haya dicho que se encuentra en el tramo final de su trayectoria pública no le ha sentado nada, pero nada, bien.
Mercedes Fernández arriesgó mucho al declarar a la juez del "caso Pokémon", el de la trama del agua, que el PP asturiano era un desastre de gestión y económico cuando ella llegó a la presidencia del partido. Los anteriores dirigentes podían sentirse molestos, como así fue, y salir a la palestra para defender su actuación. Lo hizo primero, tímidamente, el que fuera durante varios años secretario regional de los populares, Fernando Goñi, y, luego, ya sin pelos en la lengua, Gabino de Lorenzo.
Extraña la contundencia de las declaraciones del actual delegado del Gobierno, al igual que algunos de sus planteamientos, como la chocante propuesta de que quien le sustituyera al frente de la Corporación municipal ovetense, Agustín Iglesias Caunedo, intente acceder al cargo que ocupa ahora Mercedes Fernández. Para Gabino de Lorenzo es como si no hubiese pasado nada en la política española y asturiana en los últimos años, como si el PP no estuviera pagando, y a un precio muy alto, la corrupción de muchos de sus dirigentes y altos cargos. Iglesias Caunedo está siendo investigado por una juez por el "caso Pokémon". Es una realidad. Sacar a colación su posible candidatura a la presidencia del PP más que beneficiarle le perjudica. ¡Y qué decir a su partido!
