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La última noticia de Villa viene en un libro de 1993

Un puesto en el Fontán, delante de la zapatería de los hijos del sindicalista, vende ejemplares de la biblioteca particular del exlíder del SOMA | Un ensayo con una dedicatoria personal que le regaló Germán Ojeda, profesor de Economía, durante una convalecencia hospitalaria en los días del "Petromocho" fue adquirido allí el pasado domingo

La última noticia de Villa viene en un libro de 1993

Mayo de 1993 fue un mal mes para Asturias. El martes 18, el presidente del Principado, Juan Luis Rodríguez-Vigil, anunció una inversión de 366.000 millones de pesetas para poner en marcha una factoría petroquímica entre Carreño y Gijón que iba a crear mil empleos directos y cinco mil indirectos.

El jueves 20, la inversión olía a fiasco y en seguida pasó a llamarse "Petromocho".

El lunes 24 Vigil dimitió.

El jueves 27 LA NUEVA ESPAÑA publicó en exclusiva las declaraciones de Maurice Jean Lauze, el promotor del desaguisado, que se había presentado como el intermediario con inversores saudíes. Decía Lauze: "Si hubiera salido lo de Asturias habría pagado mis deudas en Murcia".

José Ángel Fernández Villa leyó ese titular en una cama del Sanatorio Adaro de Langreo, donde convalecía de una operación de cinco horas para quitarle tres hernias discales. A la habitación del secretario general del entonces poderosísimo sindicato minero SOMA-UGT y hombre fuerte del socialismo asturiano acudían Luis Martínez Noval, secretario general de la Federación Socialista Asturiana, y Rodríguez-Vigil para elegir al sucesor en la Presidencia del Principado. Villa quería que fuera Noval, pero Noval, no.

Ese jueves 27 Villa recibió algo más para leer. Un libro titulado "Repensar la izquierda. Evolución ideológica del socialismo de la España actual", escrito por Antonio García Santesmases, entonces profesor titular de Filosofía Política de la UNED. Villa era miembro de la ejecutiva federal del PSOE y seguidor de Alfonso Guerra. Santesmases, fundador de la corriente crítica Izquierda Socialista, un exotismo dentro del PSOE.

Un amigo de Santesmases compró el volumen, una novedad, en la librería Ojanguren de Oviedo y escribió esta dedicatoria: "Un abrazo y adelante. Yo también salí de una. 27.5.93 Germán Ojeda".

Germán Ojeda había "salido de una" operación de hernia discal. Profesor titular de Historia e Instituciones Económicas en la Universidad de Oviedo, era el coordinador del "Programa 2000" en Asturias, auspiciado por el vicesecretario general, Alfonso Guerra. El joven profesor había sido director de la Fundación José Barreiro de la FSA-PSOE y había estado fascinado por aquel Fernández Villa que quería ser el nuevo Manuel Llaneza, fundador del sindicato. Cuando Ojeda envió el libro ya hacía seis meses que había sido desplazado por Villa de la Agrupación Socialista de Oviedo (AMSO-PSOE), donde era vocal.

Fue en la "operación Jaula", una demostración de la fuerza pandillera en el uso del poder. El actual alcalde de Oviedo, Wenceslao López, entonces secretario general de los socialistas ovetenses, denunció ante la FSA que una veintena de afiliados a la AMSO estaban registrados en dos domicilios, un par de pisos-patera del SOMA, para lograr su mayoría cuando tocara elegir nuevo secretario. La FSA, dirigida por Noval y controlada por Villa, respondió a la denuncia cambiando las cerraduras de la Casa del Pueblo, "dejando fuera" a Wenceslao López y nombrando una gestora que encabezaba Álvaro Cuesta.

Ojeda estaba fuera de la directiva de la AMSO desde el 5 de enero (y no podía saber que le faltaban tres meses para ser expulsado del PSOE) cuando obsequió al Villa convaleciente "Repensar la izquierda".

Compré ese ejemplar del libro de Santesmases el pasado domingo en el Fontán, en un respetable puesto de libros antiguos que se instala delante de Bajo el Signo de Caín, la zapatería "cool" que han abierto Ángela y Rolando Fernández Iglesias, los hijos de José Ángel Fernández Villa.

Dentro del libro hay una tarjeta de visita de José Alejandro Pina Barrio, entonces director general del gabinete del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, consejero de Hunosa, y observador y ejecutor de los procesos de reconversión industrial e integración de España en la UE. El que llegaría a ser presidente y director general de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) escribía en la cartulina: "Para cuando te pongas bueno" (frase que parece indicar que acompañaba un regalo), y un deseo: "José Ángel: cuídate que hace falta que me ayudes a ganar esto. Un abrazo. Alejandro".

Me había alertado un amigo de que se estaban vendiendo los libros del antiguo líder minero. Dos semanas antes, al ver una pequeña biblioteca con volúmenes de sindicalismo, socialismo, las obras de Lenin, las memorias de François Mitterrand y algunos libros oportunistas sobre Felipe González, pensé "ha muerto un socialista".

El socialista no había muerto, aunque fue expulsado del PSOE el 8 de octubre de 2014, el mismo día que se publicó que había hecho aflorar 1,4 millones de euros en la amnistía fiscal de 2012 y que estaba siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción. El SOMA-UGT, el sindicato donde fue todo durante 34 años, le expulsó a continuación, le ha denunciado por un presunto delito de apropiación indebida y le reclama 359.911,88 euros.

"Repensar la izquierda" me pareció una noticia del líder minero, ahora encerrado en su casa del barrio ovetense de La Florida, de quien sólo se sabe a través de su abogada. Hay un informe médico que determina que padece un "deterioro cognitivo agudo", ratificado por dos médicos forenses en su domicilio, pero eso no despeja todas las dudas sobre su estado de salud. La mala salud de Villa, como su mano, ha sido de hierro. Durante muchos años combinó el ejercicio de la fuerza política con el discurso de la debilidad física.

Si quiere tener un detalle con Villa, pruebe a regalarle bombones.

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