Cumplidos ocho años desde la apertura de la mina de Arnao, actuación que se llevó a cabo por la Brigada de Salvamento Minero, algunos de los que por entonces intervinimos en esas tareas (retirada de cerramientos, reconocimiento de galerías y evaluación inicial) hemos vuelto a visitar ese patrimonio industrial tan singular; no en vano, el conjunto minero de Arnao fue declarado bien de interés cultural en 1990. Se trata de un elemento indispensable para entender el despegue y la dinamización de la comarca.

Lo que nos hemos encontrado es, sin ningún género de dudas, una joya cultural que merece la pena ser conocida, mimada y expuesta para memoria de las generaciones que allí labraron sus ilusiones y enterraron la mayor parte de sus vidas cuando no enteras. No vamos desvelar cada detalle de su historia, pero sí es oportuno recordar a la ciudadanía que sólo aquí, en Arnao, es posible conocer una mina que se adentra bajo el mar y que para despedir a sus visitantes les permite volver a la luz justamente sobre la playa abierta al Cantábrico.

Podemos asegurar que los trabajos de reapertura y restauración de los elementos constructivos se han llevado a cabo de manera perfecta, respetando los originales y haciendo que unas explotaciones difíciles como eran en éstas de Arnao (el primer pozo vertical de Asturias; sí, el primero de este tipo) sean accesibles a quienes deseen conocer nuestro pasado; y al hablar de pasado no nos estamos refiriendo a ayer, sino al tiempo que media entre 1591 (primera constancia escrita de la existencia de ese carbón) y 1915 (clausura de las explotaciones).

Ahora se puede disfrutar de un paseo cultural por unas instalaciones que se nos presentan con absoluta fidelidad a lo que fueron, y que han estado selladas hasta hace escasos ocho años. La Brigada de Salvamento Minero tuvo el privilegio de colaborar con el Ayuntamiento de Castrillón en el rescate de un desastre minero, el del olvido en el que estaban estos restos de nuestro pasado industrial; ahora hemos tenido el honor de volver y ver el resultado de los esfuerzos de quienes pusieron ese empeño en hacerlo posible. ¡Impecable!