Una trepidante persecución policial por la Autovía del Cantábrico de casi 40 minutos ha terminado este mediodía con la detención de L. Á. P. P., de 35 años, que el pasado viernes se fugó de la cárcel asturiana. Varias patrullas participaron en la caza del vehículo en el que huía a toda velocidad el recluso, un Renault Chamade de color gris según las fuentes consultadas, quien realizaba peligrosos adelantamientos por los arcenes para tratar de zafarse de los agentes que le perseguían.

El recluso fue detectado en un control rutinario que efectuaban patrullas de la Guardia Civil de Seguridad Ciudadana de Tapia y Boal a la altura del enlace a Tapia de la Autovía del Cantábrico. Viajaba conduciendo un vehículo y acompañado de una mujer. Una vez que los agentes dieron la alarma se movilizaron patrullas de la tercera y la cuarta compañía, que iniciaron la persecución por la Autovía en sentido Oviedo.

Tras más de media hora de caza el vehículo fue detenido en el punto kilométrico 430, en el concejo de Cudillero. Los agentes comprobaron que L. Á. P. P. no tenía carné para conducir coches, pero sí motos. Permanece arrestado en los calabozos de Luarca y pasará a disposición judicial.

La fuga de L. Á. P. P. de la cárcel asturiana se produjo en torno a las cuatro de la mañana del pasado viernes, aprovechando la escasa seguridad del módulo de inserción, cerrado por una sola alambrada. Tras descolgarse desde el primer piso del edificio por una ventana se encaminó a la valla, la escaló y saltó al exterior del recinto. Los agentes sospechan que alguien podía estar esperándole en un coche para poder huir con mayores garantías.