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Asturianos de corazón rociero

Doce integrantes de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Gijón disfrutaron de la devoción y alegría de la peregrinación más andaluza

Los romeros de Gijón con los del Centro Asturiano.

Una docena de asturianos demostró durante toda la pasada semana que la devoción a Covadonga no está reñida con la de la Virgen del Rocío. Fueron la curiosidad entre los cientos de hermandades que recorrieron el camino salpicado de canto y tradición, flanqueados de carretas, detrás del Simpecado. ¿Asturianos en el Rocío? "La cultura rociera está poco extendida en el Principado", reconoce la gijonesa Carmen Menéndez Tuya, conocida como "Maca" y hermana mayor de la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Gijón. Al teléfono, ya casi hacía las maletas de vuelta al Norte, concluida ya la multitudinaria procesión de ayer, lunes de Pentecostés, por las calles de Almonte (Huelva).

"Solemos venir en otras fechas, coincidiendo con periodos de vacaciones", admite. Y aunque señala que del Norte son pocas las hermandades que acuden "a los del Sur les choca nuestra presencia pero agradecen mucho el esfuerzo", explica la gijonesa al otro lado del teléfono.

¿Y cómo le llega la devoción rociera a un asturiano? "En nuestro caso por andaluces, por la Casa de Andalucía en Asturias, en la que están hijos de emigrantes. Y terminamos constituyendo una hermandad", señala.

Actualmente, la Hermandad de Gijón tiene la categoría de "no filial" y para serlo de pleno derecho necesita una hermandad amiga que les eleve de rango: en ello están. "Cuando vienes a esto te engancha. Y nosotros vamos a Covadonga a cantarle a la Virgen asturiana la misa rociera", explica la devota gijonesa.

Ha sido una semana intensa, en la que estrecharon lazos con la Hermandad de Salamanca y la de Navarra. Con ellas compartieron alojamientos y sentir rociero, porque el coste de las estancias nocturnas resultaba demasiado elevado. El pasado miércoles, por ejemplo, realizaron parte del paseo con la asociación de Bormujos (Sevilla), y el domingo contaron con la compañía de integrantes del Centro Asturiano en Sevilla: "El día empezó diluviando y terminó igual", aseguró Carmen Méndez Tuya.

El sábado tocó presentar la carreta ante la Virgen y el domingo, la misa de romeros con su rosario al caer la noche. "Aunque se trata de una fiesta muy alegre, porque se reza cantando y bailando. Nos divertimos muchísimo, pero cuando llegas a los pies de la Virgen se produce la parte religiosa más sentida", asegura la gijonesa.

La alegría vino por partida doble la noche previa a la procesión de ayer. Devoción, sí, pero pendientes del fútbol. "Pusimos una bufanda con 'Puxa Sporting' en la casa en la que nos quedamos tras el partido", relatan. Más alegría ya era imposible.

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