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El día a día de los animales: comer, buscar insectos y dormir

A pesar de que una tesis académica constata que los osos de los Valles del Trubia sufren trastornos mentales fruto de su cautividad y aislamiento social, José Tuñón defiende que los cuatro ejemplares tienen "comportamientos normales". Ayer "Molinera", mientras los niños la observaban desde la Senda del Oso, no dejaba de hacer movimientos repetitivos a un lado y al otro, junto a la valla. "Eso es normal, en cuanto nos vayamos, ya se pone a correr por ahí", asegura Tuñón. La osezna, que fue rescatada malherida en 2013 en Cangas del Narcea y ahora habita en el monte Fernanchín (4 hectáreas), vive como una reina. Su día a día se basa en comer, buscar insectos y dormir, al igual que lo hacen sus vecinos plantígrados. "No les ponemos la comida siempre en los mismos puntos, solemos repartirlas por el cercado para que así olisqueen y no relacionen al ser humano con los alimentos", detalla Tuñón, que indica que a "Molinera" "no le gustan nada las zanahorias".

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