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Las villas piden que la hostelería local se quede el pescado capturado en la zona

Las localidades marineras proponen un sistema de identificación de las piezas que garantice su explotación como recurso de turismo gastronómico

Las villas piden que la hostelería local se quede el pescado capturado en la zona

De todo lo que pescan las cofradías de las villas marineras asturianas, muy poco o nada se queda en casa. Este es uno de los problemas que aprecian los grupos de acción costera de la comunidad en relación a las localidades marineras y al desarrollo del turismo gastronómico pesquero. Estos grupos, nacidos al calor de las ayudas europeas para el desarrollo del entorno rural, representan diferentes sectores de las distintos pueblos: desde los alcaldes a los hosteleros, vecinos, responsables de clubes náuticos y patrones de las cofradías. En algunos casos también colaboran expertos que aconsejan cuáles pueden ser las estrategias de promoción más adecuadas.

En las villas costeras, los expertos piden vincular las capturas de pescado con el sector hostelero para evitar que las ganancias se fuguen a otros territorios. Como solución, los grupos proponen implantar un sistema piloto de trazabilidad, de forma que tanto pescadores como hosteleros de un mismo pueblo saquen tajada del mar. Como ejemplo, el grupo del Bajo Nalón pone la angula: la cofradía de San Juan de la Arena comercializa el 91% de sus capturas a mayoristas y el 9% a minoristas, pero ni un solo kilo queda para los restaurantes de la comarca, pese a su potencial. La región subvencionará hasta 2020 todos los proyectos que vayan en la línea de romper esta tendencia, a través del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). Asturias dispone de 46,88 millones, de los cuales 24 son aportación europea, 8,4 nacional y regional, y 13,7 contribución privada.

Una de las prioridades de la Unión Europea, dentro de la que se incluye la propuesta de vincular las capturas de pescado con el territorio, es aumentar el empleo y la cohesión territorial en los pueblos costeros. Para ella, el Principado tiene reservados 8 millones de euros y la convocatoria se abrirá a partir de septiembre. El objetivo es diversificar el sector pesquero y fijar población en las villas marineras.

Con estas ayudas, las cofradías de Candás y Tazones lograron poner en marcha sus polémicas pescaderías. Estos establecimientos levantaron en su día una fuerte marejada, pero hoy contribuyen a aprovechar la pesca local. En este sentido, los grupos de acción costera -son siete: Oscos-Eo, Navia- Porcía, Valle del Ese-Entrecabos, Bajo Nalón, Adicap, Comarca de la Sidra y Oriente de Asturias- abogan por revalorizar los certámenes gastronómicos vinculados a la mar. En concreto, proponen darles una mayor difusión y definir de forma clara el producto para no vender en todos los pueblos lo mismo.

Las localidades marineras también plantean crear campus universitarios para formar a los jóvenes en el oficio de la mar y brindar más apoyo local a la pesca y a la acuicultura. Para esto último, sugieren en sus estrategias de desarrollo crear empresas que ofrezcan servicios de mantenimiento y reparación de embarcaciones, fabricación de redes, nasas y aparejos...

La asociación del Valle del Ese-Entrecabos (Allande, Cudillero, Salas, Tineo y Valdés) indica que actualmente las cofradías tienen que recurrir a empresas externas para acceder a este tipo de servicios. En ese análisis participó prácticamente toda la comarca, dado el amplio espectro de participantes que hay en los grupos de acción costera. En algunos casos, también colaboran expertos, como en la estrategia de desarrollo del Bajo Nalón, que fue diseñada por un grupo de investigación de la facultad de Geografía de la Universidad de Oviedo y coordinada por el catedrático Felipe Fernández García.

El último análisis económico realizado por el Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación sobre la diversificación pesquera y acuícola de las comunidades autónomas revela datos interesantes, a juicio del director general de Pesca, Alberto Vizcaíno. El estudio indica que los proyectos más numerosos dentro del área de turismo pesquero fueron los relacionados con la restauración y la hotelería, mientras que muy pocos solicitaron ayudas para explotar el turismo náutico, el submarinismo y las embarcaciones turísticas.

De igual forma, en el área de medio ambiente, llama la atención que los proyectos que más se subvencionaron fueron materiales de difusión y cartelería, y los que menos, las rutas por la costa y la mar. "En el anterior fondo europeo, nosotros pensamos que las rutas y el turismo náutico iba a tener mucho tirón. Y en cambio, no fue así", explica Vizcaíno.

Los solicitantes, que podrán presentar sus proyectos a finales de año, recibirán ayuda económica siempre y cuando sus propuestas cumplan las seis prioridades que marca la Unión Europea: fomentar una pesca y una acuicultura sostenible, la aplicación de la política pesquera, aumentar el empleo y la cohesión territorial, fomentar la comercialización y la transformación y asistencia técnica. De todas ellas destaca el denominado eje cuatro, introducido por primera vez en 2013, en el que se incluyen todas las estrategias que tengan que ver con el turismo, la transformación y la comercialización, el medio ambiente y la rama social.

El director general de Pesca ahonda en esta última área. "Si en un pueblo no hay por ejemplo una peluquería y las señoras tienen que ir a la ciudad a cortarse el pelo, cualquier vecino puede montar un negocio de este tipo y recibir una subvención de los fondos europeos. Lo mismo pasa con un centro de día, un fisioterapeuta... Lo único que se pide es que el solicitante sea familiar de un pescador, esté vinculado a la mar o simplemente contribuya a desarrollar su villa", concluye.

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