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Ocho de cada diez aviones de la conexión entre Asturias y Barcelona acumulan retrasos

Vueling volvió a registrar ayer demoras de más de cuatro horas en la ruta - "Este descontrol te puede fastidiar las vacaciones", claman los viajeros

Ocho de cada diez aviones de la conexión entre Asturias y Barcelona acumulan retrasos

El problema de los retrasos en el servicio aéreo de Vueling entre Asturias y Barcelona -la segunda ruta más utilizada en la terminal de Santiago del Monte, tras la de Madrid- se va agravando según avanza la temporada de verano, para indignación de los centenares de pasajeros que se están viendo afectados. LA NUEVA ESPAÑA ha podido comprobar que, desde el pasado lunes, ocho de cada diez aviones de esta conexión acumulan demoras que pueden superar las cuatro horas, tal y como le sucedió ayer a la aeronave que tenía programado el despegue desde el Principado a las nueve y media de la mañana y que no pudo hacerlo hasta pasadas la una y media de la tarde. "Este descontrol te puede fastidiar las vacaciones. Nosotros vamos a Cracovia (Polonia) vía El Prat y no podemos coger el enlace previsto en Barcelona, con lo que ya perdemos un día", apuntó uno de los pasajeros.

Una programación demasiado cargada, para exprimir al máximo la campaña turística, en la que el retraso de un par de vuelos trastoca buena parte de la programación diaria explica la oleada de demoras y cancelaciones de Vueling, que ni se circunscriben a la ruta entre Asturias y Barcelona ni tampoco a las líneas nacionales de la compañía, del mismo grupo que Iberia (IAG). Sin ir más lejos, el enlace con la terminal londinense de Gatwick también sufrió ayer un retraso de aproximadamente una hora.

El jurista asturiano Javier Junceda, usuario habitual del enlace con Barcelona por motivos profesionales desde hace 17 años, está siendo testigo directo de los habituales retrasos en la conexión. "Por el invierno funciona bien, con problemas que solo pueden ser achacables a imponderables, pero en verano no hay ninguna fiabilidad con los horarios. Tratan de sacar demasiado provecho a los aviones y un retraso les descuadra toda la programación", señala Junceda, para quien una segunda nave con base en Asturias podría aliviar la situación. "Ahora los horarios son meramente orientativos. Casi no hay aviones que salgan a la hora prevista, salvo los de las siete y media de la mañana si es que no se cancela la llegada de la noche", abunda el jurista.

Ínigo Fernández, presidente de la Asociación de Operadores Turísticos y Agencias de Viajes de Asturias, coincide en que ese segundo avión sería fundamental para evitar los retrasos de Vueling, pero no cree que la compañía se anime. "Nos dirán que aportamos pocos viajeros", afirma. Fernández recuerda que Vueling "ya tuvo muchos problemas el verano pasado, agravados por un incendio en las inmediaciones del aeropuerto de Roma, su segunda gran base de operaciones tras Barcelona".

Vueling opera la conexión con El Prat en solitario desde la salida de Ryanair. Tiene un contrato con el Principado de alrededor de un millón de euros.

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