La lista es tan amplia que se acerca a los 400 folios de nombres de alumnos. Son los beneficiarios de las subvenciones para el uso en régimen de préstamo de libros de texto para el curso que acaba de iniciarse. Son niños de Primaria y adolescentes de la ESO, todos matriculados en centros públicos asturianos. Cada ayuda individualizada asciende a 105 euros. En una lista de más de 17.000 niños, ese programa supone un gasto de 1,8 millones.

Hubo más de 25.000 peticiones, pero los umbrales económicos familiares exigidos marcan frontera. Quince mil euros brutos de ingreso anual para una familia de tres miembros, o 25.000 euros para una unidad familiar de cinco, por poner dos ejemplos. Los alumnos que hayan repetido curso no tienen derecho a la subvención para el préstamo.

La idea es la creación de bancos de libros en cada uno de los colegios participantes en el programa. La Consejería de Educación habilitará cada año una cantidad de dinero para hacer frente a la reposición de libros deteriorados por el uso o para la compra en colegios e institutos de manuales de nueva edición. Se supone que a medida que "engorden" los fondos de libros de los centros las cantidades anuales de la subvención tenderán a la baja.

Los centros llevan la voz cantante. En ellos sus alumnos presentaron las solicitudes. Ahora, tramitarán las compras y el reparto entre el alumnado beneficiario de las ayudas.

Serán, por otra parte, las direcciones de los colegios las que elijan los libros de texto entre la oferta editorial para cada asignatura. Se incluye aquí los formatos digitales. Y, por supuesto, hay colegios que no usan libros de texto atendiendo a razones pedagógicas.

A la cuenta corriente

Educación ingresará en la cuenta corriente que todos los colegios tienen para gastos de funcionamiento las cantidades en virtud del número de alumnos becados en cada centro escolar. Esa cantidad no podrá utilizarse para gastos ajenos al programa y deberá ser justificada a final de curso.

En las listas de beneficiarios, colgadas en el portal Educastur y en los tablones de anuncios de los colegios e institutos asturianos, muchos nombres y apellidos extranjeros, a pesar de que el alumnado inmigrante en las aulas asturianas apenas llegaba el pasado curso al cuatro por ciento (es menos de la mitad que la media española -8,5 puntos en el curso 2014-15- y tres veces menos que La Rioja, la comunidad española con cifras más altas en este aspecto, con casi el 14%).