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Cuba deja el luto y suena la música

La avilesina Pilar Fernández, dueña de un restaurante en La Habana, relata la semana de "tristeza y recogimiento" por la muerte de Fidel y el temor a Trump

Miles de personas asistieron a la ceremonia de despedida de Fidel Castro el pasado sábado por la noche. REUTERS

"Ha sido una semana triste. No había música y sí mucho silencio en toda la ciudad. Han sido días de recogimiento no sólo porque estuviera decretado el luto por la muerte de Fidel Castro, sino porque había verdadera tristeza". La avilesina Pilar Fernández es la dueña de un restaurante de comida asturiana y española en La Habana, atalaya desde la que puede ser testigo excepcional de la vida en la capital cubana y de los temores y anhelos de sus ciudadanos. "La mayor preocupación es el señor Trump, no la sucesión en el Gobierno cubano", asevera.

Pilar Fernández lleva 20 años residiendo en Cuba, donde trabajó con distintas compañías en variados proyectos hasta que hace dos años se decidió a abrir Casa Pilar, un restaurante en el que una de las especialidades de mayor éxito son las croquetas de cabrales.

"El local estaba lleno cuando se anunció la muerte de Fidel Castro. Era viernes por la noche y se fue todo el mundo a su casa. No porque se hubiera decretado el luto, o porque se hubiera hecho recomendación alguna en ese sentido. Pero este país es muy 'fidelista' y había una enorme tristeza", relata la restauradora avilesina.

"Con el luto se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en los bares, pero lo cierto es que no se vendía en ningún sitio, ni en los restaurantes. El único objetivo era evitar trifulcas, pero no pasó nada", continúa Pilar en su relato. Ayer, "a las doce y un minuto, nada más acabar el luto tras enterrar las cenizas de Fidel Castro, se levantó el veto al alcohol y ya se ha vuelto a la normalidad", explicó.

Mientras los cubanos residentes en la isla pasaban en silencio su particular luto, en Miami los exiliados celebraban el fallecimiento de Fidel Castro por todo lo alto con fiestas en la calle. "Esas celebraciones han creado un mayor rechazo hacia Miami porque no se entiende que se celebre la muerte de nadie. Muchos cubanos lo han considerado una falta de respeto total. Pero bueno, tampoco era de esperar menos", afirmó Pilar Fernández.

La desaparición de Fidel Castro no supone un quebradero de cabeza para los cubanos en cuanto a que la continuidad en el Gobierno está "asegurada y todo está planificado", asevera la avilesina. "Lo que más preocupa aquí es el señor Donald Trump a partir de enero, cuando sea presidente de Estados Unidos. Lo que se teme es que muchas cosas en las que se ha avanzado y la estabilidad que se había conseguido en las relaciones entre ambos países queden eliminadas, que acabe con ellas de un plumazo".

Pilar Fernández se despide para atender su negocio. Está lleno. Todo vuelve a la normalidad.

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